Monday, August 8, 2011

SA@TAC - Downgrading Liberalism

La bajada de ráting arrastra a Wall Street: el Dow sufre para mantener el nivel de los 11.000

Se esperaba un lunes negro en el mercado neoyorquino y los peores presagios se cumplieron. La bajada de ráting que S&P aplicó la semana pasada a EEUU pasó factura a Wall Street y el pánico de los inversores hizo mella especialmente en el sector bancario. El Dow Jones perdió los 11.000 y registró su mayor caída diaria desde diciembre de 2008. El oro acabó en máximos por encima de los 1.700 dólares.

[foto de la noticia]

La intervención del presidente estadounidense no sirvió para calmar los ánimos en Wall Street. Barack Obama defendió la solvencia del país tras la rebaja de S&P y aseguró que EEUU es un país de triple A, pero sus palabras no calaron entre los inversores. Al final la bolsa neoyorquina registró su mayor caída diaria desde el 1 de diciembre de 2008 y acabó con el Dow Jones por debajo de los 11.000 puntos. El índice de industriales se dejó un 5,5%, hasta 10.809 puntos, mientras que el selectivo Standard & Poor´s 500 recortó un 6,6%, hasta 1.119 puntos. El índice tecnológico Nasdaq Composite cedió un 6,9%, hasta 2.357 puntos.

El miedo se ha instalado en los pasillos de Wall Street. Mercados e inversores no paran de recibir noticias inquietantes sobre el estado de salud de la economía, tanto a nivel nacional como a nivel global. La rebaja que S&P aplicó el viernes pasado ha sido la puntilla para un mercado que en las últimas semanas vive una auténtica sangría. Los tres principales índices acumulan ya un balance negativo en lo que va de año y si la economía no mejora, la caída será aún mayor. De momento la perspectiva no es precisamente halagüeña debido a la incapacidad de la clase política estadounidense para ponerse de acuerdo y enderezar el rumbo de la economía.

Esta es precisamente la razón por la que S&P recortó la triple A de EEUU y por la que hoy mismo lanzó una nueva advertencia a la principal potencia económica del mundo. La agencia aseguró que las posibilidades de una nueva rebaja son de una entre tres, algo que Wall Street no encajó nada bien. Desde Moody’s también dieron un aviso: podría rebajar la nota de la deuda soberana de EEUU antes de 2013 si el país no logra aplicar nuevas medidas encaminadas a lograr una mayor reducción del déficit público.

Las críticas no tardaron en lloverle a S&P. El secretario del Tesoro de EEUU, Tim Geithner, calificó de "verdaderamente pésima" la decisión de la agencia, a la que acusó de comportarse de forma "muy pobre". Iigualmente contrario se mostró Warren Buffett, para quien EEUU se merece una "cuádruple A".

Si al otro lado del Atlántico la bolsa sufrió hoy un severo varapalo, en Europa el castigo fue similar. En España el Ibex acabó con pérdidas del 2,4% a pesar de que por la mañana llegó a subir más de un 4%. El Dax Xetra germano se llevó la peor parte con pérdidas superiores al 5%. La compra de deuda española e italiana anunciada por el BCE no frenó la estampida.

En el mercado de materias primas el oro siguió escalando posiciones y hoy rebasó holgadamente la barrera de los 1.700 dólares la onza. El billete verde también se revalorizó con fuerza más de un 1,5% en su cruce con el euro, que se pagaba a 1,42 dólares. En cuanto al precio del crudo, el barril de West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, se depreció más de 6 dólares y se pagaba por encima de los 80 dólares.

Desde el punto de vista empresarial el sector financiero se conviertió en un lastre más para Wall Street después de que S&P rebajara la calificación de las hipotecarias Fannie Mae (-17%) y Freddie Mac (-15%) y de que el merado conociera que AIG estudia demandar a Bank of America. Precisamente el banco fue uno de los más castigados en Wall Street con un desplome del 20%. En el caso de Citigroup el recorte fue del 15%, mientras que Morgan Stanley y JPMorgan se dejan un 14,5% y un 9%, respectivamente.

El Dow Jones se desploma

El Dow Jones se desploma: cae un 5,55% y alcanza su nivel más bajo en 10 meses

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Wall Street cerró hoy con fuertes pérdidas en respuesta a la rebaja de la calificación de la deuda soberana de EE.UU. y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, acabó con un acusado descenso del 5,55% con el que perdió los 11.000 puntos por primera vez desde noviembre pasado.

Según datos provisionales al cierre, ese índice, que agrupa a las 30 mayores empresas cotizadas de EE.UU., restó 634,76 puntos para cerrar en 10.809,85 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 cayó el 6,66% y el índice compuesto del mercado Nasdaq descendió el 6,9%.

País de privilegios

País de privilegios

Denise Dresser

No logramos crecer a la velocidad que podríamos y deberíamos. No logramos avanzar al ritmo que deseamos y necesitamos. Y la culpa no es la cultura o la historia o el destino o la mala suerte. Tiene que ver con lo que hemos hecho y dejado de hacer. Con decisiones y omisiones y postergaciones internas.

Como argumenta Carlos Elizondo en su nuevo libro "Por eso estamos como estamos: la economía política de un crecimiento mediocre", el problema central se encuentra en nuestros persistentes "centros de veto"; en la capacidad reiterada de ciertos grupos para frenar políticas públicas en favor del interés público. Y ante ellos se erige una sociedad débil y un Estado capturado, incapaces de desmantelar la red de privilegios que ahora estrangula al País.

Muchos pensábamos que la transición democrática traería consigo una oleada reformista encaminada a ese fin: contener, regular, nivelar, competir, crecer. Pero la dispersión del poder que las urnas generó; el descrédito de las reformas modernizadoras que Carlos Salinas mal instrumentó; la poca claridad y capacidad con la cual el PAN hizo uso del poder que ganó; la permanencia del corporativismo cuyo margen de maniobra creció; la conversión del PRD y del PRI en herederos del "nacionalismo revolucionario" en lugar de sus sepultadores. Esa combinación tóxica explica la parálisis que nos define.

Muchos tienen interés en mantener el status quo prevaleciente; nadie tiene la fuerza suficiente para cambiarlo. Muchos siguen siendo beneficiarios del País tal y como está, pocos tienen incentivos para construir una nueva coalición que cambie el estado de las cosas.

Allí están los sindicatos rapaces del sector público. Los empresarios atrincherados en sectores monopólicos. Las organizaciones campesinas aprovechándose de Procampo. La burocracia obesa e improductiva apoltronada en el sector público. Actores dominantes que se comportan conforme a la lógica corporativa del pasado y así sabotean el futuro. Acostumbrados a defender privilegios en lugar de acumular méritos; acostumbrados a extraer rentas -cobros excesivos por sus bienes y servicios- en lugar de competir para disminuirlas. Y todos ellos protegidos por los partidos políticos que defienden su propio feudo, su propio monopolio, su propia carretada de dinero público. Cómplices de la mediocridad, artífices del anquilosamiento, arquitectos del México de más de lo mismo.

Lo peor es que nos hemos acostumbrado a que esto sea así. La normalidad anormal. La disfuncionalidad aceptada. Pensamos que los privilegios desmedidos y las rentas extraídas son una parte incambiable de nuestra identidad nacional. No comprendemos que el arraigo de la lógica clientelar en México es mucho mayor que en otros países y razón definitoria de nuestro rezago.

Importa más el derecho del sindicalizado que del ciudadano común y corriente. Importa más defender el arreglo político con Elba Esther Gordillo que educar mejor a los niños de México. Importa más seguir ordeñando a Pemex para financiar las clientelas de los gobernadores que obligarla a ser una empresa moderna, competitiva, productiva, eficiente. En vez de regular, el Estado claudica; en vez de promover la competencia, el Estado la inhibe; en vez de promover los intereses generales, el Estado acaba siendo rehén de los intereses particulares.

Y ésta es una situación inaceptable. Deja a México fuera de la pertenencia al BRIC -Brasil, Rusia, India, China- y al margen de los países en desarrollo con gran tamaño y enorme potencial. Condena a los mexicanos a vivir en un país pobre, rezagado, inseguro. Nos vuelve incapaces de promover la inversión, la competencia, la igualdad de oportunidades y el mérito como forma de ir ascendiendo el escalafón social. Lleva a salidas falsas y a propuestas contraproducentes como la idea -apoyada por Enrique Peña Nieto- de fomentar la sobrerrepresentación del partido mayoritario, para, ahora sí, aprobar "las reformas que el País necesita".

Pero como argumenta Carlos Elizondo, el poder unificado tampoco es la panacea. En el pasado el PRI lo tuvo; manejó la economía de forma centralizada, sin contrapesos y desde Los Pinos. Basta con recordar las crisis sucesivas y las devaluaciones destructivas para entender las implicaciones de esa forma fatídica de administrar la política pública. Como dijera famosamente Gabriel Zaid: "Así fue y así nos fue".

Insistimos tercamente en ser un país excepcional y único en tantas cosas. Excepcional en cuanto a la permanencia de tantos privilegios en tan pocas manos. Único en cuanto a la anuencia social ante ello. De allí que la verdadera solución no se halla tan sólo en la instrumentación de reformas institucionales desde arriba. Tiene que ver también con la creación de un contexto de exigencia desde abajo. Con el surgimiento de ciudadanos que asumen derechos exigibles y no simples concesiones o dádivas del Gobierno. Con partidos políticos que -de cara al 2012- contesten la siguiente pregunta: ¿quieren continuar con un país basado en privilegios, o transformarlo para que dejemos de estar como estamos?

US Debt: Moody?s AAA / S&P AA+

Research Reports
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US Debt: Moody?s AAA / S&P AA+
Brian S. Wesbury, Chief Economist
Robert Stein, Senior Economist

Moody’s reaffirmed its AAA-rating on US government debt last week, while Standard & Poor’s lowered it a notch to AA+. The US now has a split rating from the largest agencies. The bond market, even though it is not open right now, was well aware that a downgrade was possible, but will still lend 10-year money to the US government under 2.6%. In fact, after the US was put on credit watch by S&P in mid-July, US treasury yields fell, they did not rise.
Ten-year interest rates, on Friday, were lower in the US than in Canada, Australia, United Kingdom, France, New Zealand, or Norway – all AAA-rated countries. In other words, S&P is leading the markets here, not following, as it normally does. For example, it did not lower its AAA rating on low-income, low credit score, no-doc, no-down-payment loans to homebuyers until the market crashed and became absolutely illiquid.
This downgrade of the US was based, not on an ability to pay bond-holders, but in consideration of the political turmoil the US has just gone through (over the debt deal) and the potential for more political turmoil in the months and years ahead. None of this is new to the market and the US is still the world’s reserve currency, which means actual default is virtually impossible.
The Federal Reserve has said that the downgrade by S&P has absolutely no impact for risk-based capital ratios. The Fed will still apply a 0% risk-weighted capital requirement on Treasury debt. Some investors (funds, plans, or other investment vehicles) could be forced to alter their portfolios because of investment guidelines. However, most investment committees knew this downgrade could happen and also have the flexibility to change these guidelines relatively easily. In other words, forced selling (or buying) of Treasury, or other, types of debt will likely be benign. S&P left the short-term debt rating at A-1+, its highest, which means money market funds will not be affected. We do not look for any kind of major market disturbance.
The equity markets had a rough week and could still be jittery on Sunday night and Monday morning. Short-sellers will likely try to take advantage of this event. However, the S&P downgrade alters nothing about the economy or corporate profitability in the short, medium or even long- term. We still hold to our comments from last week that the markets are over-reacting to fears about the economy, the debt deal, or European financial issues. (Link)
In the end, while we agree with S&P’s sentiment about the direction of US spending patterns, we do not agree with the S&P downgrade. We believe that S&P is entirely too pessimistic about the ability of the US to pay its debts and solve its problems. History shows that this country has found a way to alter course before problems became a full-blown crisis. In fact, the US economy was in much worse shape during the late 1970s and early 1980s. Elections of the early 1980s changed the country’s course then, and a boom of unprecedented magnitude ensued.
If this move by S&P helps the US get more serious about cutting spending, then it will have been a very positive development. If it influences the political environment by pushing the US to a more conservative set of fiscal values it will be even more positive than that. There is a titanic battle of economic and political philosophy taking place in the US today. S&P wants to be a player in this battle, but in the end it will have a relatively minor role.

Obama’s Glamour Can’t Fix His Charisma Deficit

Obama’s Glamour Can’t Fix His Charisma Deficit: Virginia Postrel

Obama's Charisma Deficit

Illustration by Tamara Shopsin & Jason Fulford

About Virginia Postrel

Virginia Postrel writes about commerce and culture, innovation, economics and public policy. Shes the author of "The Future and Its Enemies" and "The Substance of Style," and is writing a book on glamour.

More about Virginia Postrel

One thing is clear in the aftermath of the debt-limit debate: U.S. President Barack Obama has lost his glamour. The alluring icon of hope and change has become just another pol, derided by his supporters as well as his opponents. As one headline succinctly put it: “Obama succumbs to the ways of Washington.”

Most striking was how irrelevant the president seemed to the entire debate. Obama didn’t present his own alternative to the various congressional plans or make a case for a particular policy. When he tried to address the public, he came off as condescending, self-interested and detached. His pulpit proved anything but bully.

Contrary to some of the headlines, however, the crisis didn’t mark a dramatic shift in the president’s standing. Gradual disillusionment set in long before the debt-ceiling fight. Back in October, a Bloomberg National Poll asked people who had at some point been Obama supporters how they now felt about him. Forty-two percent said they were less enthusiastic than they’d once been, with 35 percent still supporting the president at least some of the time and 7 percent either no longer supportive or actively opposed to him.

That was 10 months ago. Since then, the president’s general approval ratings have been trending down, hitting a new low in Gallup’s survey last week. Although angry liberals are the loudest online voices, Obama’s real weakness, according to Gallup, comes from eroding support among moderates. Less than half of them now approve of the job he’s doing, compared with 59 percent in early June.

Lack of Enthusiasm

Obama may well win re-election -- for that, he only has to convince voters that he’s the lesser of two evils -- but the enthusiasm of his 2008 campaign has certainly vanished.

What happened? In 2008, after all, not just political pundits and regular folks were expecting big things of Obama. So were certified leadership gurus. Warren Bennis of the University of Southern California and Andy Zelleke of Harvard praised Obama for possessing “that magical quality known as charisma.”

This charisma, they predicted, would give Obama “the transformational capacity to lift the malaise that is paralyzing so many Americans today” because “a charismatic leader could break through the prevailing orthodoxy that the nation is permanently divided into red and blue states ... and build a broader sense of community, with a compelling new vision.”

There was only one problem. Obama wasn’t charismatic. He was glamorous -- powerfully, persuasively, seductively so. His glamour worked as well on Bennis and Zelleke as it did on voters.

What’s the difference? Charisma moves the audience to share a leader’s vision. Glamour, on the other hand, inspires the audience to project its own desires onto the leader (or movie star or tropical resort or new car): to see in the glamorous object a symbol of escape and transformation that makes the ideal feel attainable. The meaning of glamour, in other words, lies entirely in the audience’s mind.

That was certainly true of Obama as a candidate. He attracted supporters who not only disagreed with his stated positions but, what is much rarer, believed that he did, too. On issues such as same-sex marriage and free trade, the supporters projected their own views onto him and assumed he was just saying what other, less discerning voters wanted to hear.

Even well-informed observers couldn’t decide whether Obama was a full-blown leftist or a market-oriented centrist. “Barack has become a kind of human Rorschach test,” his friend Cassandra Butts told Rolling Stone early in the campaign. “People see in him what they want to see.”

Defying Convention

Like John Kennedy in 1960, Obama combined youth, vigor and good looks with a vague promise of political change. Like Kennedy, Obama was both charming and self-contained. Kennedy’s wealth set him apart, but Obama’s mystery stemmed from his exotic background -- an upbringing and ethnicity that defied conventional categories and distanced him from humdrum American life. Obama was glamorous because he was different, and his differences mirrored his audience’s aspirations for the country.

He was the political equivalent of the seductive high heels described by Leora Tanenbaum in her book “Bad Shoes”: “When you see a pair of stilettos on display in a department store or featured in a fashion magazine, you can imagine yourself wearing them and becoming the kind of person who lives a magical life, gliding around gracefully with no need for sensible, lace-up shoes. The fantasy just might become realizable by stepping into the shoes and inhabiting them.”

That’s glamour.

Equally glamorous was candidate Obama’s call to “a broad majority of Americans -- Democrats, Republicans and independents of goodwill -- who are re-engaged in the project of national renewal.” It was an invitation to the audience to entertain their own fantasies of what national renewal would look like. All voters had to do was slip on the right president.

Glamour is a beautiful illusion -- the word “glamour” originally meant a literal magic spell -- that makes the ideal seem effortlessly attainable. Glamour hides difficulty and distractions, creating a false and enticing sense of grace. We see the dance, not the rehearsals; the beach resort, not the luggage and jet lag. There are no bills on the kitchen counter, no freckles on the pale-skinned star, no sacrifices in the promise of change.

This illusion is hard to maintain for more than an escapist moment. Even the most beautiful shoes are never as glamorous once you’ve worn them and discovered they give you blisters or, at best, didn’t transform your life. The same is true of presidents. Familiarity breeds discontent.

Didn’t Emote Enough

Among the early signs of Obama’s dissipating glamour were the complaints that he didn’t emote enough over the BP oil spill -- a surprising criticism of a man whom many supporters had praised for his Spock-like demeanor. But apparently not everyone saw Spock in candidate Obama. Some saw Bill Clinton. They expected the president to feel their pain.

Clinton, with his obvious appetites and open eagerness to please, was never glamorous -- no distance or mystery for him. But Clinton was charismatic. He inspired intense loyalty, even from supporters who disagreed with him on specific policies or disapproved of his moral transgressions.

If you think of Barack Obama as a charismatic president, it is hard to explain why his supporters are so angry. He should be able to win them over. But if you understand his appeal as glamour, then his problems aren’t surprising.

With glamour, any specific action that stands outside the fantasy breaks the spell, alienating supporters who disagree. Even trying to remain above the fray, as Obama often does, infuriates those who want a fighter.

A well-established sales tool, glamour is a tremendous asset if you’re running for office. But once you have to govern, it’s a problem. Although charisma can continue to inspire, glamour is guaranteed to disillusion. The only thing surprising about Obama’s predicament is how few people expected it.

Don’t Hold Defense Budget Hostage

Don’t Hold Defense Budget Hostage to Political Dysfunction: View

Defense Budget Cuts

Illustration by Bloomberg View

The Pentagon says it can handle the $325 billion in cuts that will be required during the next decade as part of the deal that ended the debt-ceiling crisis. But not a penny more.

The deal created a so-called supercommittee composed of six Democrats and six Republicans, all members of Congress, who are charged with coming up with $1.5 trillion in additional reductions by late November, balanced between defense and domestic spending. If they fail, the budget would be cut automatically, with at least $500 billion in reductions from the Defense Department.

This proviso is the only significant concession that President Obama got in the deal, in exchange for giving up on any tax increase -- and practically everything else. It is supposed to create special pressure on Republicans in the forthcoming negotiations, as Republicans are thought (not without reason) to be fond of defense spending. But the Pentagon, now led by former CIA Director Leon Panetta, says that cuts of this magnitude would threaten our security, harm our troops and their families, and so on.

We aren’t especially fond of defense spending. In particular, we have no idea whether the warnings by Panetta about the terrible dangers of larger cuts are accurate, or just blowing smoke as part of the usual budget game. But we do know that making the size of the Pentagon’s budget dependent on factors that have nothing to do with national security -- such as the ability of Republicans and Democrats to get along on a supercommittee -- is an odd way to go about things. And we know that Panetta’s position -- $325 billion, OK; $326 billion, disastrous -- isn’t as absurd as it sounds.

Spending on national security is different from other government spending. If you have a program like the National Endowment for the Arts, for instance, it makes perfect sense to say, “This is something good for our nation, and we should have as much of it as we can afford. In good times we should spend more on it, and in bad times we should spend less.” Other programs, like those that subsidize weatherization of low-income housing, should be more resistant to cuts, but their budgets ultimately will have to be affected to some extent by the state of the economy and the government’s pocketbook.

In the case of national security spending, even minimal flexibility makes little sense. We should spend every dollar needed to make us secure, and not a penny more. Obviously we can’t know in advance what that exact number is. We can argue about it. And we can assume that the Defense Department will exaggerate it. But we should try to compute it as best we can, and then apply it. It should not be part of hostage negotiations over the federal budget.

If there is really an additional $500 billion that can be squeezed out of Defense without leaving us inadequately protected, we should go ahead and squeeze now. If taking even $1 billion -- let alone $500 billion -- out of the Defense budget will do real damage to national security, then the Pentagon should be exempt from further cuts.

The one arrangement that makes no sense is a national security budget contingent on political battles that have nothing to do with national security.

S&P Seen Surrendering to Tea Party

S&P Seen Surrendering to Tea Party

Pedestrians pass in front of Standard & Poor's Financial Services LLC in New York, U.S. Photographer: Scott Eells/Bloomberg

Aug. 8 (Bloomberg) -- Seijiro Takeshita, a senior strategist at Mizuho International Plc, talks about Standard & Poor's downgrade of U.S. debt to AA+ from AAA and its potential impact on the global economy. He speaks with Owen Thomas on Bloomberg Television's "Countdown." (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Dino Kos, managing director of Hamiltonian Associates, talks about Standard & Poor's decision to downgrade the U.S. credit rating from AAA to AA+ and the impact on global financial markets. Kos speaks with Lisa Murphy on Bloomberg Television's "InBusiness With Margaret Brennan." (Source: Bloomberg)

Aug. 7 (Bloomberg) -- Bill Gross, co-chief investment officer of Pacific Investment Management Co., talks with Bloomberg's Tom Keene about Standard & Poor's downgrade of its U.S. credit rating, and the outlook for the U.S. dollar and inflation. Gross said the dollar remains vulnerable in an economic slowdown after the country’s long-term debt rating was lowered by S&P. (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Richard Koo, chief economist at Nomura Research Institute, talks about Standard & Poor's policy recommendations for the U.S. economy. He speaks from Tokyo with Mark Barton on Bloomberg Television's "Countdown." (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Nouriel Roubini, a New York University professor and the co-founder of Nouriel Roubini Global Economics LLC, discusses the outlook for the European Central Bank's bond-purchase program to stem the sovereign debt crisis, and the economic outlook for Europe and the U.S. Roubini spoke with Bloomberg's Tom Keene yesterday. (Source: Bloomberg)

Aug. 7 (Bloomberg) -- John Chambers, chairman of Standard & Poor’s sovereign debt committee, and Peter Orszag, vice chairman of global banking at Citigroup Inc. and a columnist for Bloomberg View, talk about S&P's downgrade of its U.S. credit rating. They speak with Bloomberg's Adam Johnson and Tom Keene. Bloomberg's Michael McKee and Sara Eisen also speak. (Peter Orszag is a Bloomberg View columnist. The opinions expressed are his own. Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Peter Fisher, head of fixed income at BlackRock Inc., talks about Standard & Poor’s decision to cut the U.S. credit rating, and its impact on markets and investment strategy. Fisher speaks from New York with Susan Li on Bloomberg Television's "First Up." (Source: Bloomberg)

Standard & Poor’s, the rating company that downgraded the debt of the United States to AA+ from AAA for the first time, now finds itself assailed by investors led by billionaire Warren Buffett for making a political decision that has more to do with Tea Party politics than the financial stability of the U.S.

S&P officials, shrugging off a $2 trillion calculation error, blamed “uncertainty” in the policymaking process on Aug. 5 when they cut the assessment of the U.S. government’s ability to pay its debt, citing Congress’s failure to agree on as much long-term deficit reduction as the credit-rating company wanted. Buffett, the world’s most successful investor, said S&P erred and the U.S. should be rated “quadruple-A.”

The New York-based subsidiary of McGraw Hill Cos., whose inflated grades of mortgage-backed investments -- paid for by the banks that created the toxic debt -- were blamed by Congressional investigators for fueling the financial crisis, rattled investors around the world and provided fodder for President Barack Obama’s rivals in the 2012 elections. Treasuries rose, the dollar gained, global stock markets tumbled, oil sank and gold rallied to a record.

‘Political Decision’

“Clearly the ratings downgrade was a ‘political decision’ in the sense that the politics explained the timing of this, because the numbers have been irrefutable for a decade,” said Robert Litan, vice president for research and policy at the Kauffman Foundation in Kansas City, Missouri. “It gives an enormous amount of ammunition to the Tea Party. They said the deal didn’t go far enough and they’ll say ‘see.’”

Litan, a former consultant to the U.S. Treasury, said yesterday in a telephone interview that he agreed with the downgrade, if not the timing. “The charts that show exploding deficits have been around for over a decade,” he said.

S&P’s decision was at odds with the other two main ratings companies, Moody’s Investors Service and Fitch Ratings. Moody’s reiterated its top Aaa rating for the U.S. today, citing the dollar’s status as the main reserve currency.

The new rating from S&P is the second-highest and puts the U.S. on the same level as Belgium and New Zealand, and above Japan and China. Under S&P’s definitions, debt rated AA is barely different from AAA securities and shows that a borrower’s ability to “meet its financial commitment on the obligation is very strong.”

Market Reaction

“I think S&P has demonstrated some spine; they finally got it right,” Bill Gross, the manager of the world’s biggest bond fund and co-chief investment officer at Pacific Investment Management Co. who has been critical of Treasuries for months, said in a Bloomberg Television interview with Tom Keene yesterday. The U.S. has “enormous problems,” he said, referring to the country’s mounting debt.

Gold futures surged to a record $1,718.20 an ounce as demand increased for a psychological store of value. Gold, one of 118 elements in the periodic table, pays no interest or dividends like equity or debt.

The dollar depreciated 0.7 percent versus the Swiss franc. The Standard & Poor’s 500 Index fell 3.3 percent to 1,159.91 as of 11:45 a.m. in New York. Benchmark indexes in Australia and China tumbled, dropping more than 20 percent below their highs last year. Oil fell as low as $82.52 a barrel, the lowest price in more than eight months.

Group of Seven

Members of Group of Seven nations agreed to inject liquidity into financial markets as needed and the European Central Bank started buying Italian and Spanish bonds to curb the region’s financial crisis, sparking a rally in the debt of the most-indebted nations.

S&P’s action may hurt the U.S. economy over time by increasing the cost of mortgages, auto loans and other lending tied to the interest rates paid on Treasuries. JPMorgan Chase & Co. estimated that a downgrade would raise the nation’s borrowing costs by $100 billion a year. The U.S. spent $414 billion on interest in fiscal 2010, or 2.7 percent of gross domestic product, according to Treasury Department data.

After weeks of debate, lawmakers agreed on Aug. 2 to raise the nation’s $14.3 trillion debt ceiling and put in place a plan to enforce $2.4 trillion in spending reductions over the next 10 years, less than the $4 trillion that S&P had said it preferred.

‘Extremely Difficult’

S&P analysts David Beers and John Chambers said that the “extremely difficult” political discussions over how to reduce the more than $1 trillion budget deficit carried more weight in their decision than the nation’s debt.

The “debate this year has highlighted a degree of uncertainty over the political policymaking process which we think is incompatible with the AAA rating,” Beers said on an Aug. 6 conference call with reporters.

Chambers, the chairman of S&P’s sovereign debt committee said in an interview on Bloomberg Television that “this is a problem that has to be addressed by the full spectrum of political parties.”

S&P’s decision provided Republican leaders with an opportunity to criticize Obama’s administration.

Republican presidential candidate Mitt Romney, the frontrunner in most polls, said in a statement that the downgrade is a “deeply troubling indicator of our country’s decline under President Obama.”

‘Beyond Their Competence’

Senator Jim DeMint, a South Carolina Republican and favorite of the fiscally conservative Tea Party movement who voted against the debt deal, said the downgrade vindicated his decision. “The deal was not a serious attempt to solve our spending and debt problem -- it was a political solution meant to kick the can down the road,” he said.

Democrats disagreed. “We have the people who helped cause the financial crisis now claiming that they’re the experts on what the American budget should be,” Representative Barney Frank, a Massachusetts Democrat, said in a telephone interview before the downgrade was announced. “It’s beyond their competence and I’m just puzzled that people pay attention.”

S&P maintained its AAA rating on the U.S. during George W. Bush’s presidency as the national debt grew to pay for wars in Afghanistan and Iraq, tax cuts in 2001 and 2003, Medicare prescription drug benefits and the bailout of Wall Street. Together, those costs added $3.4 trillion to the national debt, according to data compiled by Bloomberg.

Stimulus Package

Obama’s stimulus package will total $830 billion by 2019, according to a May 2011 Congressional Budget Office report, half the cost of the Bush tax cuts and less than two-thirds of what has been spent on the wars in Iraq and Afghanistan. The U.S. went from budget surpluses averaging $139.7 billion from 1998 through 2001 to a deficit of $1.29 trillion last year, Bloomberg data show. The shortfall peaked at $1.42 trillion in 2009, the first year of Obama’s presidency.

Federal revenue as a percentage of gross domestic product fell over the past several years as the weakened economy sapped income tax receipts. Revenue was 14.9 percent of the economy in 2009 and 2010, the least since 1950, according to the Office of Management and Budget.

Under the administration’s February budget, which would have allowed tax cuts to expire in 2013 for individuals making more than $200,000 and married couples making more than $250,000, revenue would reach 20 percent of GDP by 2021. Most Republicans say they would like to keep federal revenue closer to 18 percent of GDP, nearer to the post-World War II norm.

BlackRock, Buffett

The debate will continue, said Litan. “Our politics were dysfunctional before this and I think they’ll be even more dysfunctional now,” the former Treasury consultant said. “Anything that’s a gift to the Tea Party makes it even less likely that we’ll get compromise.”

BlackRock Inc., the world’s biggest money manager, and Buffett, the chairman of Omaha, Nebraska-based Berkshire Hathaway Inc., said the decision doesn’t reflect any inability of the U.S. to pay its debts. Buffett is Moody’s largest shareholder with a 12.4 percent stake.

Treasuries surged, with the yield on benchmark 10-year notes falling 0.19 percentage point to 2.37 percent as of 11:53 a.m. in New York, the lowest since January 2009. Strategists at JPMorgan said any drop in Treasuries from the ratings cut is unlikely to be “sustained,” while Barclays Plc said effects from the downgrade shouldn’t be “significant.”

Bond Demand

There’s been no lack of foreign demand for Treasuries. The amount of U.S. bonds held outside the country has risen to $4.15 trillion from $2.19 trillion in mid 2007.

S&P’s move “doesn’t change anything about the risk of U.S. Treasuries,” Peter Fisher, New York-based BlackRock’s head of fixed income and a former undersecretary of the U.S. Treasury Department, said in a Bloomberg Television interview.

“S&P’s going to be hoisted on its own petard,” Fisher said in another interview. “They’re going to have to follow through and start knocking down ratings on all sorts of things or look like they’re just mucking around in American politics.”

Credit-default swaps that protect against default on U.S. notes for five years fell 11 percent last week to 55.4 basis points, CMA data show. That compares with an increase of 16 percent to 74.2 for swaps linked to Germany, an 18 percent climb to 143.8 for France, and a 4.5 percent increase to 77 for U.K. government securities. S&P rates those countries AAA.

Economists said S&P erred by basing its decision on politics instead of sticking to the assessment of the nation’s finances.

“They think they’re giving an honest appraisal but they have instead become hopelessly entangled in the politics of the national debt,” Chris Rupkey, the chief financial economist at Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ Ltd. in New York, said in a Bloomberg Television interview on Aug. 5. “The U.S. is not out of money, it has the financial resources to make good on its debt, and it should not have been downgraded.”

‘Basic Math’

John Bellows, the Treasury’s acting assistant secretary for economic policy, said in a blog post that S&P initially overestimated future deficits by $2 trillion over 10 years.

“After Treasury pointed out this error -- a basic math error of significant consequence -- S&P still chose to proceed with their flawed judgment by simply changing their principal rationale for their credit-rating decision from an economic one to a political one,” he wrote.

S&P said in a statement that the revision lowered its forecast for the debt-to-gross domestic product ratio in 2015 by two percentage points and didn’t affect its ratings decision. S&P said in the Aug. 5 report that the ratio of debt to GDP would reach 77 percent in 2015 and 78 percent by 2021.

S&P Scrutiny

In 2009, when S&P reaffirmed the U.S.’s AAA rating, analysts led by Nikola Swann wrote that the ratio would approach 90 percent by 2013.

“The old fashioned ratings agencies where humans make the decision to downgrade are always wrong,” Christopher Whalen, managing director at Institutional Risk Analytics, said yesterday in a telephone interview.

S&P, Moody’s and Fitch came under scrutiny for ratings of financial products linked to subprime mortgages after losses and writedowns by the world’s biggest financial institutions reached $2.1 trillion.

The Financial Crisis Inquiry Commission called S&P and Moody’s “key enablers of the financial meltdown” in its January report. In April, a Senate panel said that the rating companies engaged in a “race to the bottom” to assign top grades on mortgage-backed securities in order to win fees from banks.

‘Last People’

S&P kept an A- rating on Iceland until October 6, 2008, when the country’s government was forced to guarantee all domestic bank deposits after its currency plunged. The company reaffirmed its AAA rating for Lehman Brothers Holdings Inc.’s financial products unit on Sept. 12, 2008, three days before the bank failed. It downgraded Bear Stearns Cos. to BBB on March 14, 2008, two days before JPMorgan agreed to buy the failing securities firm.

“There is no reason to take Friday’s downgrade of America seriously,” Nobel Laureate Paul Krugman said in a New York Times column. “These are the last people whose judgment we should trust.”

While S&P cut Japan’s credit rating to AA- in 2002, the country has no difficulty borrowing. Japan’s 10-year notes yield 1 percent, compared with 2.41 percent for AAA rated German bunds, Bloomberg data show.

“In those rare cases where rating agencies have downgraded countries that, like America now, still had the confidence of investors, they have consistently been wrong,” Krugman wrote.

‘Key Factors’

S&P said in its report that the failure by politicians to act on increasing government revenue also was a consideration in its decision. It no longer assumes that the 2001 and 2003 Bush tax cuts would expire by the end of 2012 “because the majority of Republicans in Congress continue to resist any measure that would raise revenues.”

Politics is listed as one of five “key factors” in S&P’s methodology for grading governments. “Part of our analysis assesses how government policymaking affects a sovereign’s credit fundamentals,” Ed Sweeney, a spokesman for the ratings company, said yesterday in a telephone interview.

S&P gives 18 sovereign entities its top ranking. The U.K., with a debt estimated at 80 percent of GDP this year, or 6 percentage points higher than the U.S., has the top credit grade. In contrast with the U.S., its net public debt is forecast to decline either before or by 2015, S&P has said.

‘Mismanaged Country’

“To downgrade you have to argue there’s an increased chance that we won’t pay our debts,” said Peter J. Solomon, founder of New York-based investment bank Peter J. Solomon Co. and a one-time counselor to the Treasury Secretary under President Jimmy Carter. “I don’t think that’s been proven, I think it’s been proven that we always will pay our debts.”

Solomon said yesterday in a telephone interview that politicians are wrong to criticize S&P’s decision. “If I were a politician I wouldn’t shoot the messenger,” he said. “This is really a mismanaged country.”

Alice Rivlin, former President Bill Clinton’s budget director who served on a fiscal commission Obama set up last year, called the downgrade “entirely symbolic.”

S&P “has no inside information and has done no original research, so they aren’t telling anyone anything they didn’t know already,” Rivlin said in an e-mail. “It is not like downgrading a company or a complex security, where they might actually be contributing new information -- although their track record before the crisis doesn’t inspire confidence there either.”

U.S. Stocks Drop as Rating Downgrade Raises Concern

U.S. Stocks Drop as Rating Downgrade Raises Concern

The U.S. credit rating downgrade extended a rout that wiped out $1.94 trillion in market value from the country’s stocks. S&P lowered the U.S. long-term rating one level to AA+ after markets closed on Aug. 5 while keeping the outlook at “negative” as the company becomes less confident that Congress will end Bush-era tax cuts or tackle entitlements. Photographer: Scott Eells/Bloomberg

Aug. 8 (Bloomberg) -- Peter Fisher, head of fixed income at BlackRock Inc., talks about Standard & Poor’s decision to cut the U.S. credit rating, and its impact on markets and investment strategy. Fisher speaks from New York with Susan Li on Bloomberg Television's "First Up." (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Barry Knapp, head of U.S. equity strategy at Barclays Capital, discusses Standard and Poor's downgrade of the U.S.'s debt rating to AA+ from AAA and the prospects for the U.S. economy. Knapp, speaking with Betty Liu and Erik Schatzker on Bloomberg Television's "In the Loop," also talks about the outlook for the equity market. (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Dino Kos, managing director of Hamiltonian Associates, talks about Standard & Poor's decision to downgrade the U.S. credit rating from AAA to AA+ and the impact on global financial markets. Kos speaks with Lisa Murphy on Bloomberg Television's "InBusiness With Margaret Brennan." (Source: Bloomberg)

A trader works on the floor of the New York Stock Exchange on Aug. 8, 2011. Photographer: Scott Eells/Bloomberg

U.S. stocks tumbled, following the biggest weekly drop in the Standard & Poor’s 500 Index since 2008, amid concern that a downgrade of the nation’s credit rating by S&P may worsen an economic slowdown.

All 10 groups in the S&P 500 fell at least 1.5 percent. Ford Motor Co. (F), Dow Chemical Co. (DOW) and Caterpillar Inc. (CAT) slumped at least 5.7 percent, pacing losses in stocks most-tied to the economy. Bank of America Corp. (BAC) tumbled 9.6 percent to lead a gauge of financial companies lower. Energy shares had the biggest decline in the S&P 500 within 10 groups, sinking 4.3 percent as oil sank to an eight-month low. Newmont Mining Corp. (NEM) rallied 3.2 percent after gold climbed to a record.

The S&P 500 fell 3.4 percent to 1,159.17 at 10:56 a.m. in New York, after losing 7.2 percent last week. The benchmark gauge for American equities fell to the lowest since Oct. 12, on a closing basis. The Dow Jones Industrial Average decreased 328.92 points, or 2.9 percent, to 11,115.69. Stocks extended losses after S&P lowered credit ratings on government-related lenders including Fannie Mae and Freddie Mac.

“It’s panic selling,” Jeffrey Saut, chief investment strategist at Raymond James & Associates in St. Petersburg, Florida, said in a telephone interview. His firm manages $275 billion. “There are no fundamental reasons for the selloff. We’re not going into a recession. We had a terrific earnings season. Now is not the time to panic. This is where you start to put cash back to work.”

Wiped Out

The U.S. credit rating downgrade extended a rout that wiped out $1.94 trillion in market value from the country’s stocks. S&P lowered the U.S. long-term rating one level to AA+ after markets closed on Aug. 5 while keeping the outlook at “negative” as the company becomes less confident that Congress will end Bush-era tax cuts or tackle entitlements.

Stocks have slumped for two straight weeks as manufacturing and consumer spending data showed the world’s largest economy is slowing. The S&P 500 rose as much as 1.5 percent in the first five minutes of trading on Aug. 5 as the Labor Department said American employers added more jobs than forecast in July and the unemployment rate fell for the first time in four months. The index turned lower on growing speculation that S&P was preparing to strip the U.S. of its AAA rating for the first time.

S&P also said the U.S. rating may be reduced to AA within two years if spending reductions are lower than agreed to, interest rates rise or “new fiscal pressures” result in higher general government debt.

Treasuries Rally

Treasuries rose today. Two-year yields fell to a record low after Japanese Finance Minister Yoshihiko Noda said U.S. Treasuries were attractive. Group of Seven nations said they will take every action necessary to stabilize financial markets after the U.S. credit rating downgrade.

“The U.S. Treasury no longer has, according to S&P, a gold star,” Nick Sargen, chief investment officer at Fort Washington Investment Advisors in Cincinnati, said in a telephone interview. His firm oversees more than $38 billion. “Still, if you’re an investor and you say -- I’m worried about what’s going on in the world, I’m worried about liquidity and safety, you basically have no place to go other than the Treasury market.”

Barton Biggs said he’s “taken some risk off” his investments at his hedge fund Traxis Partners LP. “I’ve taken some risk off, and I hate to do it, I think it’s probably the wrong thing to be doing,” Biggs, who helps manage $1.4 billion as managing partner and co-founder of Traxis, said in a Bloomberg Television interview. “But I’m a fiduciary to a certain extent, and I’ve got to protect my capital.”

Ford, Caterpillar

The Morgan Stanley Cyclical Index of 30 stocks tumbled 4.7 percent. The Dow Jones Transportation Average, which is also a proxy for the economy, retreated 3.7 percent. Ford sank 7 percent to $10.08. Dow Chemical fell 5.8 percent to $28.47. Caterpillar decreased 5.7 percent to $85.83.

The KBW Bank Index of 24 stocks slumped 4.3 percent. Bank of America dropped 9.6 percent, the most in the S&P 500, to $7.39. American International Group Inc. disclosed plans to sue the largest U.S. lender by assets over allegedly faulty mortgages. Citigroup Inc. (C) slid 6.6 percent to $31.23.

The U.S. downgrade will “reinforce this really uncertain financial market climate that we are confronting right now,” David Rosenberg, the chief economist for Gluskin Sheff & Associates Inc., in Toronto, said in a telephone interview Aug. 6. “You’re probably going to see investors becoming more defensive. That means that they are moving to Treasuries or to cash or to gold.”

Gold climbed to more than $1,700 an ounce for the first time amid concern that the global economy is slowing. Oil and copper tumbled. Exxon Mobil dropped 2.5 percent to $72.93. Chevron Corp. (CVX) decreased 3.3 percent to $94.37. Newmont Mining rallied 3.2 percent, the most in the S&P 500, to $56.17.

Spooked Investors

The downgrade may spook investors, causing sentiment to grow more bearish in the short term, but corporate fundamentals, including balance sheets with more cash than debt and earnings growth, will continue to push the S&P 500 higher by the end of the year, strategists at Barclays Plc, Citigroup Inc. and JPMorgan Chase & Co. said. While Goldman Sachs Group Inc. cut its year-end target for the S&P 500 to 1,400, Barclays held its 1,450 estimate.

“The medium to long-term effects of the U.S. sovereign downgrade are minimal, even as the short impact could be turbulent,” Thomas Lee, JPMorgan’s equity strategist in New York, wrote in an e-mailed note.

The S&P 500 retreated 11 percent from July 22 through Aug 5 amid concern about an economic slowdown. The benchmark gauge for American equities was still up 77 percent from a 12-year low through Aug. 5 following government stimulus measures and higher-than-estimated corporate earnings.

Earnings Scorecard

Per-share earnings increased 18 percent among the S&P 500 companies that have released quarterly results since July 11, according to data compiled by Bloomberg. About three-quarters of the companies have topped the average analyst profit forecast, the data show. Sales rose 13 percent during that period.

“From an earnings perspective, I’d rather use this environment to be more of a net buyer than a net seller,” David Sowerby, a Bloomfield Hills, Michigan-based money manager at Loomis Sayles & Co., which oversees $150 billion, said in a telephone interview Aug. 6. “The rally that started in March 2009 is still in play.”

S&P Lowers Fannie, Freddie

S&P Lowers Fannie, Freddie Citing Reliance on Government

The downgrades of Fannie Mae, Freddie Mac, and other government-backed debt was predicted by some analysts. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg

Aug. 8 (Bloomberg) -- Carl Lantz, the head of interest-rate strategy at Credit Suisse Group AG, talks about Standard & Poor's downgrade of its rating on U.S. credit, Fannie Mae and Freddie Mac. Lantz, speaking with Lisa Murphy and Adam Johnson on Bloomberg Television's "InBusiness with Margaret Brennan," also discusses the European sovereign debt crisis (Source: Bloomberg)

Aug. 8 (Bloomberg) -- Standard & Poor’s lowered credit ratings for Fannie Mae, Freddie Mac, and other lenders backed by the federal government. The U.S.-sponsored mortgage finance companies were lowered one step from AAA to AA+, and S&P said the downgrade reflects the companies’ "direct reliance of the U.S. government." S&P lowered the U.S. credit rating on Aug. 5. (Source: Bloomberg)

Standard & Poor’s lowered credit ratings on debt issued by Fannie Mae, Freddie Mac, and other lenders backed by the federal government, citing the U.S. loss of its AAA status.

The mortgage finance companies were lowered one step from AAA to AA+, S&P said in a statement today. The downgrade reflects their “direct reliance on the U.S. government,” S&P said.

Fannie Mae and Freddie Mac were placed into government conservatorship in September 2008 as losses tied to subprime mortgage lending pushed them toward insolvency. Since then, the two government-sponsored enterprises, or GSEs, have drawn almost $170 billion in federal aid. The GSEs own or guarantee more than half of U.S. mortgage debt.

The downgrades of Washington-based Fannie Mae, Freddie Mac of McLean, Virginia, and other government-backed debt was predicted by some analysts after S&P lowered the U.S. sovereign credit rating by one level on Aug. 5. On Friday, banking regulators including the Federal Deposit Insurace Corp. said that government-issued securities would be “unaffected” by the sovereign downgrade.

Yields on GSE bonds jumped to their highest relative to U.S. Treasuries in more than two years. The downgrade was only part of the reason for the wider spreads, said Walt Schmidt, a mortgage strategist in Chicago at FTN Financial, in a note to clients. He said the spreads are “based on uncertainties regarding prepayments and supply, not credit-based downgrade fears.”

More Downgrades

The credit rating company today also downgraded the senior debt of 10 of the nation’s 12 Federal Home Loan Banks, from AAA to AA+. The home loan banks sell bonds and provide liquidity to banks and mortgage investors. The banks’ debt has an implied government guarantee.

“The FHLB system is classified as being almost certain to receive government support if necessary” S&P said.

The home-loan banks of Chicago and Seattle are already rated AA+ and did not receive a further downgrade from the rating company.

S&P also lowered, by a notch, debt issued by the Farm Credit System, which guarantees agriculture-related loans, the FDIC, which guarantees bank deposits, and the National Credit Union Association, which guarantees credit union deposits.

Batacazo en las Bolsas por las dudas sobre EE UU

El recorte de la nota de solvencia en EE UU aumenta el temor a un frenazo en la economía internacional. - Los principales mercados europeos cierra en negativo

EL PAÍS / S. POZZI | Madrid / Nueva York

No hay respiro para las Bolsas. Los principales índices europeos han terminado la sesión con importantes pérdidas. El optimismo que se vivía esta mañana en los mercados de deuda gracias al anuncio del Banco Central Europeo de que iba a comprar deuda de España e Italia, los mercados de renta variable no se han visto contagiados por este sentimiento. En Europa, las principales Bolsas han sufrido caídas agudas, que varían entre el 3,4% que se ha dejado Londres, el 4,6% que ha perdido París y el 5% de Fráncfort. Milán y Madrid han sido dos de las menos castigadas. La Bolsa italiana ha perdido el 2,35% y el Ibex ha registrado una caída del 2,4%. Así, el selectivo español por debajo de los 8.500 puntos, un nivel al que no se situaba desde agosto de 2009.

Los principales mercados de referencia europeos y estadounidenses han prorrogando los descensos de la pasada semana tras el recorte de la nota de solvencia a Estados Unidos, el aviso de Standard & Poor's de que puede volver a rebajar la nota y el temor a un frenazo en la economía internacional. Además, arrastradas por el rojo dominante en los principales índices del Viejo Continente, Madrid y Milán, que han logrado mantener el verde durante buena parte de la mañana, han acabado también dándose la vuelta a medida que se acercaba la apertura de Wall Street, cuyos futuros apuntaban a más caídas. Una previsión que se ha confirmado con una apertura de los principales índices estadounidenses en rojo. En agosto, las Bolsas suelen vivir jornadas de volatilidad en verano debido a que el mo

En los mercados de divisas, el euro también cambiaba de tendencia a la misma hora y el dólar, que ha llegado a cambiarse por 1,43 unidades del billete verde, ha regresado a los 1,42 del viernes.

La rebaja de la calificación de EE UU por parte de Standard & Poors hacía prever un lunes intenso en los mercados. Wall Street no ha defraudado y está digiriendo con dificultad la retirada de la triple A. Los tres principales índices del mercado neoyorquino se dejan cerca de un 2% en la apertura de una jornada y una semana que se espera volátil. Caídas que se producen a pesar de que el Banco Central Europeo anunciarala compra de bonos de España e Italia.

El Dow Jones se deja un 1,7% en la primera hora de sesión en el parqué neoyorquino. Un 2,2% lo hace el S&P 500 y un 2,3% el Nasdaq. Esto a pesar de que los operadores en la plaza neoyorquina se inclinan por pensar que la rebaja a la doble A es más bien simbólico y creen que el impacto será marginal siempre y cuando Moody's o Ficht no sigan los pasos de S&P. Hasta entonces, el oro se consolida como puerto seguro, hasta el punto de haber tocado el nivel de los 1.700 dólares la onza.

El índice de volatilidad del mercado de Chicago, considerado como el barómetro del miedo que domina en el mundo de las finanzas, está en los 36 puntos tras subir un 16%. Otro de los factores que explican la caída del Dow Jones es el desplome del 7% en las acciones de Bank of America, que se le acumulan los problemas legales por el empaquetado de hipotecas basura. Ahora es la aseguradora AIG la que le reclama una compensación multimillonaria por las pérdidas que sufrió.

Esta noche, las Bolsas asiáticas han registrado pérdidas ya que pese a la mejora en la crisis de deuda del euro, el futuro que afronta la economía internacional sigue siendo incierto por las noticias que llegan de EE UU. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio, que ya el viernes cayó un 3,72%, abrió con un descenso del 1,48% para continuar la sesión hasta caer un 2,18%. Seúl, que abrió con una caída 1,4% y llegó a perder un 6,3% a media sesión, se ha llevado la peor parte y ha caído un 3,8%, mientras que las Bolsas de Shangái, Sydney y Bombay han descendido más de un 3%.

En otra señal de que hay que mantener la prudencia frente a la euforia que se vivía en Europa, los inversores han seguido trasladando su dinero de la deuda estadounidense a otros valores considerados como refugio, que es el caso del oro. Gracias a esta tendencia, el precio de la onza para entrega en diciembre ha tocado esta mañana los 1.697 dólares, su nivel más alto de la historia.

También en las materias primas el petróleo sufría por las previsiones de un menor crecimiento de lo esperado, lo que necesariamente incidirá a la baja en el consumo de carburantes. En consecuencia de esta menor demanda prevista, el precio del barril de brent, el que se usa en Europa, caía en torno a tres dólares hasta los 105, con lo que regresaba a niveles de finales de junio. En el caso del petróleo Texas, que es el de referencia en EE UU, el descenso ha sido más acusado. De hecho, el barril de este tipo de crudo se vende a su precio más bajo en ocho meses después de bajar hoy a 84 dólares.

El ocaso

La sola idea de pensar que Estados Unidos lleva una mancha en su capacidad de repago, amenaza a su marco operativo

Pedro Ferriz

Luego de casi 100 años de haber recibido la máxima calificación crediticia en el mundo, Estados Unidos fue reprendido por Standard & Poor’s, una de las tres calificadoras de riesgo del planeta. Un deudor perfecto y confiable... sin tacha, tuvo una AAA, como medalla a la absoluta certeza del retorno honorable al fruto de sus compromisos crediticios. Es decir, no hubo por décadas, país más confiable que Estados Unidos, desde terminada la Primera Guerra Mundial en 1918.

La descalificación del pasado viernes puede reflejar el inicio de la caída del gigante de nuestro tiempo. No se debe pensar que un ente de esta naturaleza caiga de un solo golpe, aunque sí se podría asumir la herida al cuerpo de una nación que la haría eventualmente caer de rodillas.

La Casa Blanca hizo esfuerzos febriles por intentar cambiar la determinación de Standard & Poor’s. Existe un acuerdo tácito con el Capitolio para descontar en automático, 1.6 millones de millones de dólares, como erogaciones de las últimas guerras en las que Washington se ha embarcado, tema que no fue observado por la agencia calificadora, al haber considerado que —acordado o no— esto forma parte de su balance contable.

La sola idea de pensar que Estados Unidos lleva una mancha en su capacidad de repago, amenaza a su marco operativo. El esquema capitalista, basado en un voraz consumismo, comienza a levantar nubes de escepticismo. Lo siguiente que veremos, será una seria descalificación a las dos intermediarias hipotecarias más grandes del mundo: Fannie Mae y Freddie Mac. Luego a las aseguradoras, encabezadas por American International Group. Esta cadena de consecuencias implicará a bancos, empresas de infraestructura, industria metal-mecánica, servicios, sistemas de mercadeo —ya sea minorista o mayorista— y todos los giros del sector real, dejando de lado a las empresas de tecnología como Apple o Microsoft, que se ubican aparte, por ser modelos de innovación. Es decir, lo que se ve amenazada es la actividad tradicional del hombre, marcada hasta el final del siglo XX, para abrir un nuevo capítulo en esta fase de la tremendamente cambiante centuria que nos ha tocado compartir. Antesala del inicio de otra historia que pronto será marcada por un pueblo con concepciones diferentes de vida y realidad. China se prepara para determinar el nuevo ritmo global. Tal vez más austero y compartido. Menos consumista y más subsidiario... Una especie de socialismo con entes productivos, que en su mezcla redefinan al capitalismo o bien a un “comunismo revisado” luego de su primer fracaso en el esquema impuesto en 1917. Si se fijan, la China nueva se perfila a semejarse a las democracias más depuradas de la historia. Los conceptos de una vida compartida de Pekín, se asemejan al vivac de Oslo o Estocolmo. Al ideal de Islandia o Copenhague. Formas más simples de existir. Menos acumulación de riqueza y más preocupación por el bienestar común. Consorcios sociales, no familiares o corporativos. Gobiernos exigentes y sociedades comprometidas. Estándares que eliminan opulencia pero también miseria. Cortan los picos de las gráficas de los ricos y famosos, pero también de la hambruna y enfermedad. Yo sé que tengo derecho a beber agua potable, pero debo entender que no requiero una botella nueva y contaminante cada vez que la requiera.

La nota revisada de Standard & Poor’s es un parteaguas. El sendero que recorrerá el hombre del futuro es tan diferente como incierto. Conceptos como naturaleza y paz. Diversidad o pobreza, serán vistos con ojos frescos. La humanidad ha decidido reinventarse. Si observamos, el matiz que nos ocupa, está cifrado en cómo debemos contabilizar las guerras. Cómo evaluar procesos de destrucción, aturdimiento y odio, contra un andamiaje de seria preocupación sobre la forma de abordar la certeza venidera.

No puedo imaginar al siglo XXII con diferencias sociales, caos o desventuras. Por ello, vivimos el vértice de lo viejo con lo nuevo. Nuestra conciencia humana se pondrá a prueba. Si ayer salimos del paleolítico para derivar en Da Vinci o Einstein. Hoy tendremos que volar de un hombre planetario a uno cósmico, que entienda su convivencia en parámetros hasta hoy desconocidos.

México no aguantará una recesión de EU

México no aguantará una recesión de EU, advierten industriales

La Canacintra explica que el país está protegido sólo para otra crisis pero no para enfrentar una desaceleración

Notimex

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto.-La fragilidad económica de Estados U nidos es un elemento de preocupación para México, que está blindado para una crisis financiera, pero no para enfrentar una desaceleración o una recesión de su principal socio comercial, afirmó la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

En su opinión, el problema de deuda que tiene Estados Unidos, que aunque logró aminorar este escenario con el aumento al techo de financiamiento, sigue generando incertidumbre a escala mundial, viene a representar para México un entorno poco alentador.

Debilidad

La Canacintra expuso que dada la debilidad de la manufactura y los servicios se teme una desaceleración que, sin lugar a duda, afectaría de sobre manera la marcha de la economía mexicana.

Así, el escenario que se percibe en lo que resta del año es de total incertidumbre, añade el organismo industrial en su reporte semanal.

Estima que los movimientos bruscos de los mercados financieros plantean la urgencia de contar con mecanismos que reduzcan la incidencia de ese tipo de fenómenos sobre la estabilidad macro pero, en particular, sobre el sector productivo.

Alta dependencia, afecta

La alta dependencia que tiene México de Estados Unidos, ligada a un bajo crecimiento de la economía de este país, pone en alerta al sector exportador, pues desde esta perspectiva el crecimiento que podríamos tener sería inferior a cuatro por ciento al finalizar el año.

Ante ello se requiere contar con un modelo de crecimiento equilibrado, con proyectos de largo plazo y de apoyos financieros, calidad, innovación tecnológica, servicios y asistencia técnica especializada, que respondan a las necesidades económicas de cada sector, rama o región.

Este, señala la Canacintra en su reporte semanal, es un elemento crucial que deberíamos aprovechar para que las empresas mexicanas se fortalezcan, crezcan y se desarrollen, y no sean arrastradas por la ola de incertidumbre que proviene del exterior.

La semana pasada la Canacintra advirtió que no contar con medidas oportunas que ayuden a los sectores más perjudicados por la desaceleración que sufre la economía estadunidense, llevaría a México emprender acciones de rescate a destiempo.

La crisis sí pegará a México

La crisis sí pegará a México, admite Economía; pide no caer en el pánico

Bruno Ferrari, titular de la Secretaría de Economía, afirma que el país puede convertirse en un destino atractivo para la inversión, debido a la zozobra que vive Estados Unidos en los últimos días

Alicia Valverde

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto.- Bruno Ferrari, secretario de Economía, aseguró que en México “no se debe entrar en pánico” ante la incertidumbre generada por la degradación de la nota crediticia de EU.

Aseguró que el país debe ser cauto, porque no se sabe qué magnitud tendrá esta “crisis”.

Cualquier cosa que pase “sin duda nos va a pegar, pero no con las dimensión ni la fuerza como ocurrió en 1994”, aseguró en entrevista con Excélsior.

A su juicio, éste es el momento que la economía mexicana ha esperado desde hace 15 años, pues puede resultar un destino de inversión más atractivo que EU.

Bolsas ya padecen el embate

Los mercados bursátiles de Asia ya sufrieron los primeros golpes tras el descenso de la calificación de los bonos estadunidenses.

En la jornada de ayer, la Bolsa de Tel Aviv, Israel, perdió 7% y tuvo que suspender la sesión para amortiguar la caída, anticipándose a lo que se teme que se repita hoy en los principales mercados del mundo, incluido México.

También cerraron con elevadas pérdidas las bolsas de Egipto (4.54%), Dubai (3.69%), Kuwait (1.61%) y Abu Dabi (2.53%).

La Bolsa de Hong Kong abrió con una pérdida de 4%, y al cierre de esta edición aún no concluía su jornada.

México sacará ventaja de la crisis

Ha pasado una semana desde que Estados Unidos libró caer en default por no pagar sus pasivos pendientes, luego de que legisladores y autoridades acordaran aumentar el techo de deuda. Vino una leve calma en los mercados mundiales.

Pero sólo han pasado dos días desde que Standard & Poors (S&P) degradó la calificación crediticia del país vecino y se espera que los mercado reaccionen negativamente esta semana.

Para Bruno Ferrari, secretario de Economía de México, el país debe ser muy cauto, porque no se sabe que magnitud tendrá esta “crisis”.

“Depende mucho de cómo se comporten los mercados. Es muy pronto para generalizar cuál será la reacción. No se debe entrar en pánico ni tomar medidas irresponsables o de proteccionismo, como tampoco gastar más dinero del que tenemos”, aseguró en entrevista con Excélsior.

En su opinión, cualquier cosa que pase “sin duda nos va pegar, pero no con las dimensión ni la fuerza como ocurrió en 1994, debido a la responsabilidad con que se han manejado las finanzas de México.

Ferrari dijo que el gobierno se mantendrá atento a lo que pasa en los mercados internacionales, para ver si es necesario implementar políticas anticíclicas, como sucedió en 2008.

El titular de la dependencia confió en que nuestro país sacará provecho de la crisis económica que se vive en el mundo, ya que ante la situación por la que atraviesa nuestro vecino del norte, se buscarán destinos eficientes para las importaciones.

“También ayuda el hecho de que tenemos costos de manufactura 25 por ciento más baratos que los de Estados Unidos”, dijo el funcionario.

Además comentó que puede ser una oportunidad para que México se convierta en un mercado más demandado.

No obstante reconoció que es preocupante si se contaminaran las economías con lo que está pasando en Europa.

A su juicio, este es el mejor momento que la economía mexicana ha estado esperando desde hace 15 años, en lo que respecta a captación de inversión extranjera directa.

En este sentido, dijo que para este año se mantiene la expectativa de Inversión Extranjera Directa del orden de 19 y 20 mil millones de dólares, dado que para lo que resta de 2011 se esperan más inversiones.

Refirió que el consenso de los analistas privados siguen indicando que la economía doméstica crecerá entre cuatro y cinco por ciento en 2011. “No se ha modificado el pronóstico, no hay que precipitarnos”.

Indicadores positivos

Para Ferrari, los indicadores de México siguen positivos en cuanto a la demanda de los productos mexicanos por parte de Estados Unidos.

“En los últimos cinco años, hemos ganado participación de las importaciones totales de ese mercado al pasar de nueve a 12.7 por ciento”, dijo.

Tan solo en los primeros siete meses del año, los sectores que generaron los mayores puestos de trabajo fueron: transformación, con 168 mil 228, seguido de servicios, con 91 mil 500, y construcción, 77 mil 538.

Indicó que mientras en el primer trimestre de 2011 el Producto Interno Bruto (PIB) creció 4.6 por ciento, en los primeros siete meses se han creado 425 mil empleos formales.

Respecto al tema de transporte fronterizo con Estados Unidos, el cual ha sido bloqueado por 17 años desde que se firmó el TLCAN, el funcionario aseguró que para finales de agosto podrá cruzar la frontera la primera compañía mexicana con todos sus derechos.

Agregó que hay otras 21 empresas que pueden lograrlo antes de que termine el año. El acuerdo del transporte va a significar una disminución de 15 por ciento en los gastos de logística

Insistirán en ratificar TLC

Asimismo dijo que nuestro país debe continuar diversificando sus mercados hacia América Latina y Asia para hacer frente al menor crecimiento que tienen nuestros principales socios comerciales, por lo que hizo un llamado al Senado de la República para ratificar el Tratado de Libre Comercio entre México y Perú.

“México debe balancear su mercado a América Latina. Por ello es necesario que se ratifique el TLC con Perú, donde se tienen invertidos 11 mil millones de dólares, la cual requiere de una protección y se la tenemos que dar a través de un marco jurídico”, aseguró.

Advirtió que de no ratificarse el TLC antes de diciembre, se incrementarían los aranceles para las importaciones y exportaciones, y se verían afectados los más de 20 mil empleos que dependen de ventas al país andino, ya que en esa fecha vence el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) que se tiene con esa nación.

A pregunta expresa sobre la sustitución de la ex subsecretaria de Industria y Comercio, Beatriz Leycegui, por Francisco Leopoldo de Rosenzweig Mendialdua, aseguró que se trata de una decisión personal y confió en que al llegar Francisco a la dependencia se dará seguimiento al trabajo desempeñado por la ex funcionaria.

“Hay que ver las cosas desde un punto de vista positivo, hay momentos en que necesitas gente que es muy técnica para que salga adelante con ciertas cosas o las eche a andar y les de seguimiento.

“Tenemos que cerrar muy duro y la llegada de Francisco a la dependencia nos va a ayudar a cerrar y a coronar mucho del trabajo que Beatriz venía haciendo, el cual es muy sólido desde el punto de vista técnico e intelectual”, aseguró.

Quieren a Brasil

De acuerdo con Ferrari, pronto se retomarán las negociaciones con Brasil para analizar “los sectores que se pueden poner sobre la mesa de cada uno de los países para explorar las posibilidades para los diferentes sectores y ver si existen las condiciones para seguir adelante con miras a un Acuerdo de Integración Económica”.

En referencia a quién es su candidato para contender para las elecciones de 2012, el titular de Economía dijo que las obras deben hablar por las personas y que desea suerte a todos.

HERRAMIENTAS
Foto: Noticias24/ Archivo

Este lunes Rafael Poleo titula su columna “Un caso freudiano” y analiza la estrecha relación del presidente Hugo Chávez con su homólogo cubano, Fidel Castro.

En tal sentido, asevera que “Hugo Chávez actúa como un ignorante y un farsante cuando llama ‘ignorante y farsante’ a quien diga que él trata de copiar a Cuba (…) Chávez se ha esforzado por copiar a Fidel y su modelo fidelista”.

Fuertes caídas en Wall Street ante la amenaza de S&P de bajar de nuevo la nota de EEUU

Agentes de cambio y bolsa trabajan en la NYSE este lunes 8 de agosto. | Efe

Agentes de cambio y bolsa trabajan en la NYSE este lunes 8 de agosto. | Efe

  • El índice Dow Jones de Industriales pierde un 3% tras la apertura
  • 'Tenemos una perspectiva negativa (...) de seis a 24 meses', dice S&P

Wall Street ha recibido con fuertes pérdidas la decisión de la agencia de calificación Standard & Poor's de quitar por primera vez en la historia la 'triple A', el sobresaliente, a la deuda soberana de Estados Unidos.

Los índices Dow Jones y Nasdaq perdían en torno a un 3% y 3,5% pocas horas después de abrir la Bolsa, lo que arrastraba a los parqués europeos hacia las pérdidas: el Ibex español se dejaba un 2%, mientras que el Ftse británico (-3%) y el Dax alemán (-3,8%) incrementaban sus descensos.

Standard & Poor's aseguró este lunes que hay un 33% de probabilidades de que aplique una nueva rebaja a la calificación de deuda de Estados Unidos entre los próximos seis y 24 meses.

"Si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EEUU sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato", señaló este lunes el director general de S&P, John Chambers, durante una conferencia.

Chambers ofreció esa conferencia junto al jefe global de la agencia de calificación, David Beers, para argumentar su rebaja de la máxima nota de la primera potencia mundial, una decisión que ha sido duramente criticada desde el Gobierno de Estados Unidos y ha polarizado aún más a los dos principales partidos de este país.

Precisamente la tensión política que llevó a que el Congreso de Estados Unidos no consiguiera aprobar un aumento del endeudamiento público hasta el mismo día en el que el Departamento de Trabajo había anunciado que no podría afrontar sus obligaciones, el lunes pasado, es uno de los principales motivos por los que esta agencia decidió degradar la máxima nota del país.

"Nuestros análisis para llevar a cabo acciones en la calificación de la deuda soberana de un país tienen en cuenta tanto riesgos políticos como económicos, fiscales y externos", detalló Chambers.

Por su parte, Morgan Stanley advirtió el lunes de que los temores por la deuda soberana en Estados Unidos y Europa podrían tener un "impacto material adverso" para el banco y sobre los mercados financieros en general, que no será aparente inmediatamente.

Morgan Stanley anotó que la rebaja podría afectar a los mercados financieros y a la economía de Estados Unidos. Como resultado, el negocio del banco, su condición financiera y su liquidez podrían sufrir.

Moody's podría rebajar la nota de EEUU

Moody's podría rebajar la nota de EEUU antes de 2013

La agencia de calificación Moody's alertó hoy de que podría rebajar la nota de la deuda soberana de Estados Unidos antes de 2013 si este país no logra aplicar nuevas medidas encaminadas a lograr una mayor reducción del déficit público.

"Para mantener la calificación 'AAA', querríamos ver medidas adicionales que traigan como resultado que la proporción de la deuda pública respecto al Producto Interior Bruto (PIB) no quede lejos a mediados de la década del nivel de casi el 75 % inicialmente previsto para 2012, y luego vaya descendiendo a largo plazo", dijo en un informe el analista de Moody's Stephen Hess.

Hess aseguró así que el actual nivel de endeudamiento del país -el 100 % del PIB, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial- debe ser reducido si EEUU quiere mantener la calificación "AAA" de Moody's y desea evitar que esta agencia siga los pasos de Standard & Poor's, que el viernes rebajó por primera vez en la historia la nota de la deuda estadounidense hasta "AA+".

La situación actual en EEUU, alertó el experto de Moody's, puede ser "una amenaza si no se adoptan más medidas para tratar la situación fiscal a largo plazo, pero es pronto para concluir que dichas medidas no serán venideras".

La dificultad para cerrar en Washington el pacto que hace una semana permitió elevar el límite del endeudamiento de EEUU sugiere, según Moody's, que alcanzar acuerdos sobre nuevas medidas para principios de 2013 será "un reto dada la polarización política", pero no es algo "necesariamente imposible", dijo Hess.

El pasado 2 de agosto, Moody's decidió mantener su máxima nota "AAA" para la deuda soberana de Estados Unidos pero con "perspectiva negativa" por la división entre republicanos y demócratas en el Congreso, que puso al país al borde de la suspensión de pagos.

Sin embargo, la agencia insiste en que cree que la economía estadounidense mejorará en cuanto empiecen a aplicarse las medidas para reducir el déficit de 14,5 billones de dólares.

Moody's se expresó así después de que el pasado viernes Standard & Poor's degradara por primera vez en la historia su calificación sobre la deuda soberana estadounidense de "AAA", la máxima posible, a "AA+" por sus dudas sobre la estabilidad del plan para corregir el endeudamiento.

Además, S&P dijo el lunes que hay un 33 % de posibilidades de una nueva rebaja en los próximos 6 a 24 meses si los demócratas y republicanos no son capaces de consensuar un plan estable sobre la nueva política fiscal del país.

Nueva amenaza de S&P a EEUU

Nueva amenaza de S&P a EEUU: la probabilidad de una nueva rebaja del ráting es de una entre tres

Standard & Poor´s no da tregua a EEUU. Después de recortar el viernes el ráting de la principal potencia económica del mundo de AAA hasta AA+, la agencia amenaza de nuevo al asegurar que hay un 33% de probabilidad de que se aplique un nuevo recorte a la calificación de deuda estadounidense.

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John Chambers, director general de S&P, ha asegurado que "si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EEUU sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato".

Por esta razón, las probabilidades de que la agencia rebaje de nuevo el ráting de EEUU entre los próximos seis y 24 meses es de una entre tres. Durante el domingo Chambers ya había asegurado, en declaraciones a la cadena de televisión ABC, que S&P podría llevar a cabo una nuevo recorte en la calificación de EEUU si la situación fiscal del país empeoraba.

Después de las duras críticas recibidas por parte del Tesoro de EEUU, el director general de S&P ha aprovechado su participación en una conferencia hoy junto al jefe global de la agencia, David Beers, para justificar la decisión de recortar la triple A estadounidense. Chambers ha asegurado que “nuestro análisis para llevar a cabo acciones en la calificación de la deuda soberana de un país tienen en cuenta tanto riesgos políticos como económicos, fiscales y externos”.

Precisamente la tensión política entre republicanos y demócratas es una de las principales razones por las que S&P ha rebajado la calificación de EEUU. Las diferencias entre los dos principales partidos políticos ralentizaron en exceso el acuerdo para ampliar el techo de deuda y lo redujeron a un proyecto de mínimos.

"El centro de nuestra atención para esta rebaja ha sido el ámbito político, ya que todo el debate del aumento del techo de deuda en el país dejó clara la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en la política fiscal", ha insistido Chambers.

Esa falta de acuerdo es la que impide a los expertos de S&P pronosticar cuánto tardará EEUU en recuperar su triple A. De momento las otras dos grandes agencias de calificación de riesgos, Moody’s y Fitch, no han movido ficha y han dejado estable la calificación estadounidense, aunque la primera sí colocó la nota en “revisión con perspectiva negativa” para una posible rebaja.

Recorte a la calificación de Fannie Mae y Freddie Mac
S&P también ha rebajado hoy la calificación de Fannie Mae y Freddie Mac hasta AA+, desde AAA. La agencia mantiene la calificación A para la deuda subordinada de los dos gigantes hipotecarios y ha confirmado su calificación a corto en A-1. En la nota emitida por la agencia se explicaque “la rebaja de Fannie mae y Freddie Mac refleja su dependencia directa del Gobierno de EEUU. Desde septiembre de 2008 ambas empresas están bajo la tutela del Estado y su capacidad para financiar operaciones depende en gran medida del Gobierno estadounidense”.

Wall Street reacciona con fuertes caídas

Wall Street reacciona con fuertes caídas a la rebaja del rating de EEUU

Los inversores neoyorquinos optan por vender tras la rebaja de rating de EEUU el viernes por la noche. Los indicadores registran fuertes descensos en la apertura aunque bastante más moderados que lo que avanzaban los futuros.

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Las ventas se aceleran una hora después de la apertura y la contención que mostraban los indicadores en sus pérdidas desaparece. El Dow Jones llega a caer más del 3%, al igual que el S&P 500, mientras que el Nasdaq ronda ya un retroceso del 4%.

Los fuertes descensos de la apertura se agravan aún más. Pese a que las caídas importantes parecían contenidas por debajo del 2%, la presión vendedora vuelve a desatar otra ola vendedora que lleva a los tres principales indicadores de Wall Street a caer un 3%.

El viernes por la noche la agencia de calificación S&P rebajó un escalón el rating de EEUU por primera vez en la historia (de AAA a AA+). Los expertos creen que este recorte podría tener un impacto inicial en las cotizaciones, pero que no debería influir demasiado en los mercados.

Después de ese momento, muchos han sido los análisis y en las últimas horas gurús económicos han expresado su opinión sobre la rebaja de S&P. Por ejemplo, Warren Buffet ha restado importancia al recorte de la nota e incluso ha afirmado que EEUU se merece una "cuádruple A".

Pero en cambio, Bill Gross el gurú de la mayor gestora de renta fija del mundo, Pimco, ha señalado que Estados Unidos tiene "problemas enormes", en referencia al incremento de su nivel de deuda. Hoy el dólar sube más de un 1,2% frente al euro, que cae a los 1,41 dólares. En cambio, la divisa estadounidense se deja un 1% en su cruce con el yen japonés.

El miedo a una recesión y el temor a que el consumo sufra un parón siguen provocando fuertes ventas en el mercado de crudo. El barril Texas sigue su corrección y hoy pierde otro 3%, que deja su cotización en los 83 dólares. El oro, en cambio, se anota otra subida histórica superior a los 540 dólares en una sesión y su refugio vale ya más de 1.700 dólares la onza.

Bank of America, principal damnificado
El banco es el peor valor del Dow Jones con un desplome cercano al 9%. Al margen de las dudas que generan los principales efectos de la rebaja de rating, se enfrenta a otro problema judicial. AIG estudia emprender acciones legales y demandar a Bank of America por la mala interpretación de sus cifras hipotecarias. General Electric (-3,4%), Alcoa (-4%), Caterpillar (-4%) o Cisco (-3,3%) son los valores que más caen en Wall Street. El único que se mueve en positivo dentro del Dow Jones es Procter & Gamble (+0,5%).

Por su parte, Tyson Foods registran subidas del 2% después de presentar resultados. La compañía espera ganar 41 centavos de dólar por acción.

Dollar Thrifty Automotive ha anunciado un beneficio neto de 42,5 millones de dólares en el segundo trimestre (+0,6%) y declaró que aún no ha alcanzado un acuerdo sobre los términos de fusión, ya sea con Avis Budget o con Hertz Global Holdings, aunque sigue colaborando con ambas compañías. Sus acciones caen un 4%.

evitar una nueva recesión es "misión imposible"

Roubini cree que evitar una nueva recesión es "misión imposible"

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El experto Nouriel Roubini. Foto: Archivo

Las economías de EEUU y otros países desarrollados se encaminan hacia una nueva y severa recesión, según demuestran los datos, y España e Italia están en riesgo de perder su acceso a los mercados, advierte Nouriel Roubini. Por eso, recomienda al BCE que rebaje los tipos de interés al 0% y compre "grandes cantidades" de deuda.

"Hasta el año pasado los políticos siempre podían sacarse un conejo de la chistera para reactivar el valor de los activos y de la recuperación económica", apunta Roububini en un artículo publicado por Financial Times, donde recuerda los sucesivos programas de alivio cuantitativo de la Reserva Federal, las políticas de tipos próximas al 0% o las inyecciones de centenares de miles de millones de euros en bancos e instituciones financieras. "Sin embargo, ahora nos hemos quedado sin más conejos que sacar", afirma el profeta de la 'Gran Recesión'.

De este modo, el economista recomienda al BCE y al resto de bancos occidentales que apliquen nuevas medidas de alivio cuantitativo (QE), a pesar de que su efecto sea limitado, y además, en el caso del instituto emisor de la eurozona, le insta a recortar los tipos de interés al 0% y adquiera "grandes cantidades de deuda de Italia y España" para evitar que estos dos países pierdan el acceso a los mercados.

Decisión desacertado

En el caso de EEUU, Roubini señala que la "desacertada" decisión de Standard & Poor's de rebajar la nota del país en estos momentos ha incrementado las posibilidades de una recaída en recesión.

Asimismo, el economista prevé que la Fed probablemente se verá forzada a lanzar un nuevo programa de alivio cuantitativo (Q3), aunque concluye que "será demasiado poco, demasiado tarde" y será aún menos efectivo que su antecesor. De hecho, Roubini sugiere que los países que, como EEUU, aún no han perdido acceso a los mercados de capitales, como Reino Unido, Japón o Alemania, deberían introducir "nuevas medidas de estímulo fiscal a corto plazo".

"Puede que no sea evitable una nueva recesión, pero sí se puede eludir una segunda depresión, lo que es razón más que suficiente para adoptar medidas rápidas y concretas", concluye Roubini.

El Ibex 35 cae más del 1,5%

El Ibex 35 cae más del 1,5%: en juego los 8.500 puntos

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La volatilidad mueve con fuerza las bolsas a ambos lados del Atlántico. Wall Street amplía sus pérdidas y arrastra a los mercados europeos. El mensaje del BCE de comprar deuda española e italiana no cala: las dudas sobre EEUU siguen pesando. El Ibex 35 se sitúa en mínimo de la sesión y se juega los 8.500 puntos tras marcar máximos del día en 9.030 puntos. La prima de riesgo española sigue por debajo de los 300 puntos.

"Lo más destacable es ver como la sangre no llega al río pese a que índices como el DAX 30 alemán caen más de dos puntos porcentuales. Lo que sucede en el DAX 30 alemán no deja de ser normal ya que está ajustando el spread abierto con el resto de índices europeos durante los últimos meses. La fortaleza anterior la está pagando a corto", comenta Joan Cabrero en Ecotrader.

"A corto plazo lo que más nos sigue llamando la atención es el alcance de una zona fundamental de soporte como son los 2.330 puntos en el futuro del EuroStoxx 50, que son los mínimos del año pasado", añade este experto.

Wall Street reacciona a la rebaja de rating

Los futuros sobre los principales índices neoyorquinos apuntaban a una apertura en Wall Street con fuertes descensos y así ha sido. Es la primera reacción de la renta variable estadounidense al recorte de rating de EEUU por parte de S&P.

La reacción a esta noticia se ha hecho notar en Asia. China ha caído un 3% hoy y Japón un 2%. Son retrocesos importantes, pero no lo suficientes como para pensar que el mercado con las correcciones de los últimos días no hubiera puesto en precio que se podía producir una rebaja de rating estadounidense.

Qué depara la semana

En el escenario actual todos miran con lupa cada palabra que pronuncian los mandatarios de los bancos centrales. Esta semana la cita será con la Fed, de la que el mercado espere algún tipo de pista sobre sus expectativas, su visión y sus próximas actuaciones. Se espera que la institución mantenga los tipos en el 0,25% y tras algunos datos que vuelven a replantear una ralentización en la economía, algunos expertos apuntan a que no debe descartarse que la Fed reconsidere inyectar en algún momento un nuevo estímulo, activar el QE3.

Tras la reunión del martes, durante la semana se conocerán otros datos macroeconómicos en EEUU como el optimismo económico, las solicitudes de hipotecas, las peticiones semanales de desempleo, las ventas al por menor -donde se espera una mejora, hasta el 0,4%- o la confianza del consumidor de Michigan.

En nuestro país, conoceremos la evolución de la inflación, a través del dato de IPC que se publicará el viernes.

Los inversionistas huyen de las acciones en busca de refugio

BRENDAN CONWAY

NUEVA YORK (Dow Jones)--Los principales índices de acciones en Estados Unidos caían con fuerza el lunes temprano y la Bolsa de Nueva York invocó la llamada 'norma 48' para suavizar los primeros movimientos tras la rebaja a la calificación crediticia del gobierno.

El Promedio Industrial Dow Jones bajaba 297 puntos, o 2,5%, a 11.566. En una señal de la volatilidad que se espera para el lunes, la bolsa de Nueva York invocó la norma 48, que permite a creadores de mercado designados evitar diseminar indicaciones de precio antes de la apertura. El procedimiento utilizado en muy escasas ocasiones hace más fácil y más rápido abrir la sesión cuando se espera que la acción sea especialmente volátil.

Associated Press

La Bolsa de Nueva York.

El Standard & Poor's 500 perdía 36 puntos, o 2,9%, a 1.165 y el Compuesto Nasdaq retrocedía 70 puntos, o 2,8%, a 2.463.

La semana pasada, el Promedio Industrial Dow Jones cedió 5,8%, su peor desempeño semanal desde el 6 de marzo de 2009. El índice S&P 500 retrocedió 7,2%, su peor desempeño desde fines de 2008, mientras que el Compuesto Nasdaq finalizó la semana con una caída de 8%, también el peor nivel desde fines de 2008.

Tras el cierre de las negociaciones del viernes en Wall Street, Standard & Poor's rebajó la calificación "AAA" del gobierno de Estados Unidos a "AA+", y asignó una perspectiva negativa.

En los mercados internacionales, el índice Stoxx Europe 600 tocó un mínimo de 15 meses luego que la compra de bonos soberanos por parte del Banco Central Europeo no lograra restaurar la confianza de los inversionistas. En Asia, el índice Compuesto de Shanghai cayó cerca de 4% a un mínimo de 13 meses.

Verizon Communications perdía 2,4% luego que cerca de 45.000 trabajadores iniciaran el fin de semana una huelga debido a una disputa contractual.

McDonald's bajaba 1,03% pese a registrar un avance de 5,1% en sus ventas de tiendas comparables para julio.

Las acciones de Berkshire Hathaway Inc. retrocedían 1,2% luego que la empresa informara el viernes que su ganancia operativa cayera frente a un año atrás, debido a una pérdida en las operaciones de seguros de la firma.

07 agosto, 2011

Reacciones de corto alcance

SANTIAGO CARBÓ VALVERDE Y FRANCISCO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ

La rebaja del rating de Estados Unidos por parte de S&P es el último episodio de la crisis de los mercados de deuda internacionales en los últimos días. Aunque, en cierto modo, era algo esperado, se trata de una de las noticias con mayor potencial de virulencia en los mercados. Por eso, con objeto de frenar una nueva debacle en los mercados, este fin de semana se han prodigado las teleconferencias a varias bandas que, entre otros, han tenido como protagonistas a miembros del Eurogrupo, G-7, G-20 y varios bancos centrales. Cabría desear que estas conversaciones traigan esta semana un mínimo de coordinación y de acción en los mercados de deuda para apagar el incendio que se está declarando en los mismos.

La infraestructura institucional de la actual arquitectura financiera se ha quedado obsoleta

Desde que comenzó la crisis de 2007 hemos visto muchas reuniones a escala europea e internacional que pretendían sofocar un incendio financiero en el corto plazo. Sin embargo, apagar fuegos no es corregir los problemas fundamentales. La globalización financiera ha debilitado las capacidades de los países avanzados y sus democracias para hacer frente a las crisis financieras. Tan sólo bloques políticos nacionales más consistentes, casi monolíticos en su acción, podrían hacer algo por remover los cimientos de sus economías y relanzarlos hacia la recuperación pero no es una cuestión sencilla en absoluto. El enconado enfrentamiento político en Estados Unidos -donde sólo tienen que ponerse de acuerdo dos partes- ha venido a unirse a la falta de entendimiento y liderazgo en Europa, con una burocracia multilateral que convive con un insuficiente soporte político a escala nacional.

La infraestructura institucional de la actual arquitectura financiera internacional se ha quedado obsoleta. Ha sido superada por la realidad de los mercados de deuda y de capitales. Los principales retos de la economía actual son actualizar la estructura institucional para diseñar mecanismos sólidos para la recuperación económica en países sobreendeudados a la vez que se define una transición ordenada del antiguo al nuevo orden económico internacional que está surgiendo, con un menor peso de los bloques tradicionales (Europa, Estados Unidos) en favor de las economías emergentes (China, entre otras). Hasta ahora esa transición está siendo desordenada y virulenta en ocasiones como la que estamos presenciando estas semanas. Hay que aprovechar los espacios comunes en los que las potencias tradicionales y las emergentes pueden coincidir: reducir la especulación en los mercados de deuda, estabilizar la volatilidad cambiaria... Y aunque no siempre es fácil coordinar los objetivos de todos estos países -como la crítica de China a EE UU este fin de semana nos ha recordado-, hay intereses comunes a todos. Y esa es tarea para un G-20 que anda algo desdibujado y que solo se utiliza en las urgencias como la que tenemos ahora.

Si no se resuelve ese puzzle a escala internacional, sólo habrá sacrifico y contracción en los próximos años pero no crecimiento. Es evidente que en estos momentos no se puede llevar al extremo algunos supuestos de las políticas monetarias -los relacionados con la inflación, por ejemplo- y fiscales -la austeridad por sí sola no es suficiente- para lograr salir de esta situación. Esto requiere en Europa, por ejemplo, comprar deuda por parte del Banco Central Europeo porque es una de las pocas herramientas que quedan disponibles en esta situación de emergencia. Al mismo tiempo, se entienden también las presiones para que los países que más reformas requieren las intensifiquen y completen, ya que de otro modo el apoyo europeo sería una ayuda sin contraprestación que podría generar riesgo moral. Todas las partes implicadas deben contribuir en la medida que les corresponda.

De estos análisis se desprenden al menos tres lecciones para España. La primera, que los esfuerzos realizados nos legitiman a requerir un apoyo más decidido de las instituciones europeas. La segunda, compatible con la primera, es que tenemos que llevar bastante más lejos algunas reformas para contribuir a una recuperación más fuerte, así como despejar todas las dudas sobre nuestra situación fiscal -en particular en las comunidades autónomas-, y debemos cerrar la reestructuración bancaria con más capital y más saneamiento. Este último elemento es fundamental para generar confianza internacional en nuestro sector bancario aunque suponga, en cierto modo, un cambio del discurso financiero oficial de nuestro país, algo que tarde o temprano habrá que hacer. La tercera lección es la necesidad de establecer qué aspectos de la agenda económica de cada partido son de consenso, de modo que los mercados puedan vislumbrar una hoja de ruta más allá de las elecciones. Por pedir que no quede.

Ojalá todos los contactos cruzados que los gobiernos e instituciones financieras y monetarias de todo el mundo han iniciado en este fin de semana fructifiquen de una vez por todas en compromisos más estructurales. Los precedentes no son halagüeños pero la crudeza de la situación puede facilitar un giro significativo.

Santiago Carbó es catedrático de Análisis Económico y Francisco Rodríguez, profesor titular de Análisis Económico, ambos de la Universidad de Granada

China enseña capitalismo

China enseña capitalismo

La potencia asiática critica la política económica de EE UU y exige garantía para sus inversiones

JOSE REINOSO - Pekín -

Cuando en 2010 China superó a Japón y se convirtió en la segunda mayor economía del mundo, no solo dejó atrás a su rival histórico en Asia, con el que mantiene una difícil relación debido a sus conflictos armados en el pasado, sino que dio un paso de gigante en el anhelado objetivo de adelantar algún día a Estados Unidos y convertirse en la primera potencia del mundo. No es una meta declarada -más bien todo lo contrario-, especialmente porque en renta per cápita China está aún muy lejos del grupo de cabeza, ya que ocupa alrededor del puesto 90 en la clasificación mundial. Pero el continuo ascenso económico y político del país más poblado del planeta ha dejado claro a gobernantes extranjeros y analistas que el equilibrio geopolítico del mundo se ha desplazado de forma inexorable hacia Asia, donde el papel de China es protagonista.

Los funcionarios chinos tienen una actitud más altiva con los occidentales

El gigante atesora unas reservas en divisas de 3,2 billones de dólares

El país teme un impacto sobre su economía, basada en la exportación

La decisión de la agencia Standard & Poor's de rebajar la deuda soberana estadounidense ha provocado la indignación de Pekín, que ha reaccionado con gran dureza, y sus comentarios, realizados por medio de la prensa oficial, suenan como una lección de capitalismo a su rival y socio.

China pidió el sábado a Washington que se apriete el cinturón y ponga fin a su "adicción a la deuda" porque "comerse en abril el grano de mayo nunca será una solución permanente para un problema", según afirmó la agencia de noticias Xinhua. "El Gobierno estadounidense tiene que aceptar el hecho doloroso de que los buenos viejos tiempos en los que podía simplemente pedir prestado para salir de los líos en los que se había metido se han ido para no volver".

Xinhua advirtió que la rebaja de S&P podría ser seguida de nuevos recortes "devastadores" de la clasificación de riesgo y turbulencias financieras globales si EE UU no aprende a "vivir en la medida de sus medios". "China, el mayor acreedor de la única gran potencia del mundo, tiene todo el derecho a pedir a Estados Unidos que afronte sus problemas estructurales de deuda y garantice la seguridad de los activos chinos en dólares", aseguró.

Pekín golpeó directamente en el corazón de la política estadounidense. Dijo que el mundo necesita una nueva divisa de reserva global estable para "prevenir una catástrofe causada por un único país" y urgió a Washington a que aplique recortes de los "hinchados costes de protección social" y de su "gigantesco gasto militar".

El mes pasado, el general de más alto rango del país, Chen Bingde, también relacionó las dificultades financieras norteamericanas con su presupuesto militar y se preguntó si disminuir el gasto de defensa no sería lo mejor para los contribuyentes estadounidenses.

Tales comentarios reflejan el deseo de Pekín de que Washington reduzca su presencia militar en Asia. Estados Unidos critica regularmente a China por el continuo reforzamiento de su ejército, a lo que las autoridades de este país suelen responder que su partida en defensa representa alrededor del 1,4% del PIB (producto interior bruto), mientras la de Estados Unidos es de alrededor del 4%, y las de India, Reino Unido o Francia, más del 2%.

Muchos políticos en Washington y otros países han trasladado su preocupación por el ascenso chino y el verbo cada vez más acerado de sus altos funcionarios, quienes, según aseguran fuentes diplomáticas europeas en Pekín, en los últimos años han adoptado una posición más dura e incluso "altiva" con sus interlocutores occidentales. Los líderes chinos se muestran cada vez más seguros de sí mismos, y la rapidez con que su país comenzó a salir de la crisis global mientras la incertidumbre barría Europa y Estados Unidos ha reforzado esta actitud. China ha pasado de recibir recomendaciones y consejos sobre capitalismo a darlos.

Pekín pretende en primer lugar defender sus intereses financieros. Tiene unas reservas de divisas extranjeras de 3,2 billones de dólares, de las cuales dos tercios son en el billete verde. De estos, 1,2 billones de dólares están invertidos en deuda del Tesoro. Por otro lado, utiliza la ventaja económica en su beneficio político y, al mismo tiempo, aprovecha para sacar pecho ante sus ciudadanos. "La deuda creciente y luchas políticas ridículas en Washington han dañado la imagen de América en el extranjero", afirmó Xinhua.

El Diario del Pueblo -el órgano oficial del Partido Comunista Chino (PCCh)- redobló ayer las críticas a Estados Unidos. Dijo que la rebaja de la deuda estadounidense por parte de S&P "ha hecho sonar las campanas de alarma sobre el sistema de divisas internacionales dominado por el dólar" y advirtió de que los principales afectados por la decisión de la agencia de calificación de riesgo podrían ser las economías exportadoras de productos elaborados, como es el caso de China, o las que venden recursos naturales, como algunas latinoamericanas.

Primera potencia en 10 años

El déficit comercial de Washington con China alcanzó un valor récord de 273.000 millones de dólares (191.713 millones de euros) el año pasado.

Los gobernantes chinos afirman que el éxito económico logrado desde que Deng Xiaoping puso en marcha el proceso de apertura y reforma en el año 1978 y desmontó la herencia maoísta, al mismo tiempo que mantenía el control absoluto del poder, legitima al PCCh. Algunos analistas políticos en Asia consideran que el acuerdo alcanzado por el Congreso estadounidense para elevar el techo de la deuda y evitar la suspensión de pagos cuestiona la credibilidad de la primera economía del mundo y su liderazgo global. En Pekín, el difícil pacto entre demócratas y republicanos en Estados Unidos probablemente sea visto como otra muestra de las desventajas de un régimen democrático, frente a las decisiones -incuestionables- del gobierno único del Partido Comunista Chino (PCCh).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo en junio pasado que la economía china aumentará un 9,6% este año, frente a un 2,5% la estadounidense y un 2% la europea. En 2010, lo hizo un 10,3%. Si los ritmos actuales de crecimiento continúan, los analistas calculan que el país asiático desbancará a Estados Unidos como primera economía mundial en 10 o 15 años.

Un golpe para China, el mayor acreedor de EE.UU.

LINGLING WEI y ANDREW BROWNE

BEIJING—La rebaja de la calificación de crédito de Estados Unidos aumenta la presión sobre China para que transforme su economía dependiente de las exportaciones, que ha dado lugar a montañas de reservas en dólares cada vez más depreciados. No obstante, a los políticos chinos, como a sus pares estadounidenses, les cuesta tomar decisiones difíciles, pero necesarias, para impulsar el cambio.

Algunos analistas dicen que las duras palabras con las que China se ha dirigido a EE.UU. tras la rebaja de su deuda por parte de Standard & Poor's el viernes muestran el deseo de Beijing de desafiar el liderazgo económico global de Washington, que el país asiático cree que está en un inevitable declive.

ChinaFotoPress/Getty Images

Sin embargo, los analistas también dicen que los comentarios tienen como objetivo desviar la crítica dentro del país a la gestión económica del propio gobierno chino, que ha permitido que las reservas de la nación se disparen a más de US$3 billones (millones de millones), de lejos las mayores mundiales en divisas extranjeras.

En un editorial mordaz, la agencia de noticias estatal Xinhua calificó la rebaja como una "factura vencida que EE.UU. tiene que pagar por su propia adicción a la deuda y la disputa política corta de vista en Washington". También insistió en la petición de Beijing de que haya una "nueva, estable y segura divisa de reserva global".

La rebaja representa una bofetada para China, ya que es el mayor tenedor de bonos del Tesoro estadounidense, algo que se debe en gran parte a la política china de estimular sus exportaciones manteniendo devaluado el yuan. Beijing hace esto comprando dólares a los exportadores a cambio de yuanes y usando ese dinero para comprar deuda estadounidense, el único mercado en el mundo lo suficientemente grande y líquido como para soportar compras a tal escala. Las adquisiciones chinas de títulos estadounidenses han ayudado a mantener las tasas de interés en EE.UU. bajas durantes años, lo que contribuyó a crear la burbuja inmobiliaria que luego provocó el colapso de la economía mundial.

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Los líderes chinos se han mostrado preocupados por la seguridad de los bonos estadounidenses en manos de China, valorados en US$1,2 billones. La rebaja de S&P les da más motivos para ello mientras se aviva la crítica de quienes en China dicen que el gobierno ha gestionado sin cuidado las ganancias obtenidas con "la sangre y el sudor" de los trabajadores del país. En las últimas semanas, altos funcionarios chinos han tenido que defender esta política, lo que refleja una creciente angustia por el potencial de esta cuestión de convertirse en motivo de protesta entre los ciudadanos descontentos.

"Es una señal de advertencia para China", señala Zhao Qingming, analista de China Construction Bank Corp., unos de los cuatro grandes bancos estatales del país. "China debería tratar de equilibrar su balanza comercial tan pronto como sea posible". Explicó que si sigue manteniendo un superávit comercial, que fue de US$22.300 millones en junio, no le quedará otra que seguir comprando deuda soberana estadounidense.

De momento, el gobierno chino ha resistido las peticiones de que deje que su divisa flote libremente, pese a que ha dicho durante años que el país necesita transformar su economía a una que dependa más del consumo interno. Un yuan más caro daría mayor poder adquisitivo a los consumidores al abaratar las importaciones. El rechazo de Beijing a una apreciación más rápida del yuan, dicen los analistas, refleja el temor de que esto genere un duro golpe para una economía que ha tenido un crecimiento asombroso en las últimas tres décadas y ha ayudado al Partido Comunista a permanecer en el poder.


Asia se resiente de la bajada de rating a EEUU: las caídas, generalizadas

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Todas las bolsas asiáticas registran caídas este lunes tras la rebaja de la nota crediticia de Estados Unidos por parte de S&P. Para empezar, el índice Kospi de la bolsa surcoreana perdía 6,3% a 1.821,29 puntos hacia las 13H25 hora local (04H25 GMT), tras haber abierto en repliegue de 1,4%. Todos los sectores estaban afectados, pero las acciones con mayores bajas eran las de grupos de construcción y firmas de inversión.

Por su parte, la Bolsa de Hong Kong ampliaba las pérdidas de la apertura y caía hasta el 4,07%. El índice Hang Seng perdía 852,78 puntos a 20.093,36 puntos hacia las 3H10 GMT, antes de recuperarse un poco. Shanghai retrocedía más del 4%.

Mientras, la Bolsa de Tokio perdía más de 2%, con el índice Nikkei 225 de acciones destacadas perdiendo unos 195,5 puntos, a 9.104,40 puntos, debido a la preocupación por las finanzas de los países europeos y de Estados Unidos.

"La atmósfera no puede ser peor", declaró un analista del mercado a la agencia Dow Jones Newswires.

Los monos ya no son lo que eran

Planeta-simios Por Gina Montaner

Libertad Digital, Madrid

Se ha estrenado una nueva aventura de la saga de El planeta de los simios, aquella película mítica de mi infancia que, cuando llegó a los cines en 1968, me dejó traspuesta. En aquel entonces yo sólo tenía ocho años y la historia del capitán Taylor, interpretada por un musculoso y semidesnudo Charlton Heston extraviado en tierras extrañas, me impresionó.

Esta última entrega cinematográfica inspirada en el relato original de Pierre Boulle promete ser un filme entretenido y olvidable en plena canícula, pero no me la perderé por dos razones: a modo de homenaje al cine que tanto disfruté de niña y porque en esta ocasión el protagonista es James Franco, en las antípodas del fortachón Heston, pero interesante y apuesto a su manera, siempre con un registro especial a la hora de actuar.

En esta ocasión los monos no son los dueños del mundo, sino que están hartos de ser objetos de experimentos científicos y, siguiendo la corriente eco friendly enfrentada a los desmanes de la industria farmacéutica, lideran una rebelión contra los abusos del hombre. Es lógico este enfado monumental de unas criaturas que muchas personas han confundido con mascotas caseras, a las que se les puede imponer el uso del pijama y los cubiertos. Anécdotas verídicas que han acabado en tragedia doméstica y con el pobre chimpancé baleado, sin comprender qué hacía encerrado en un piso. El grito de la selva es más poderoso que un apartamento en Manhattan.

Otra rebelión en la granja regentada por unos humanos confundidos y ambiciosos. Contrariados, a sus primos más peludos no les queda otra que bramar y darse golpes en el pecho. Recuerdo como si fuera ayer mi sorpresa hace más de cuatro décadas cuando, al final de la cinta, Heston y la novia maciza que se echa siendo esclavos de los monos descubren que en realidad su nave había aterrizado en la Tierra. La clave del misterio eran las ruinas de la Estatua de la Libertad. Cosas del destino: el mundo había acabado en manos de un Gobierno absolutista encabezado por monos (científicos), gorilas (los militares) y orangutanes (figuras religiosas y políticas). Me temo que si hoy se filmara otra versión la situarían en Cuba o Venezuela. El casting ya está hecho.

A finales de la década de los sesenta los que entonces éramos unos chiquillos vivimos una época de exaltada fantasía. El mismo año del trauma del planeta de los simios, que resultó ser mi propio planeta, Kubrick estrenaba 2001: Odisea Espacial. Sin pensarlo mucho, mis padres me colaron en el cine y volví a ver a unos primates fascinados por un enigmático monolito. En una extraña ceremonia los animales lanzaban un hueso al aire y con un corte de edición estábamos embarcados en un viaje sideral. La voz metálica de Hal 9000 y las imágenes oníricas del genial director dispararon mi imaginación. Muy temprano comprendí que mis ancestros estaban más ligados al homínido Lucy que a la noción divina de un ser superior.

Si 1968 fue un año de sobresaltos para cualquier muchacho que se asomara a los cines, unos meses después la realidad se encargó de confirmar que vivíamos en una década prodigiosa: el 21 de julio de 1969 el astronauta Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisaba la luna. Sentados frente al televisor, mis padres y yo festejamos el acontecimiento con el mismo entusiasmo de los antropoides de Kubrick frente a un monolito que equivalía al Rosebud de Orson Welles. Todo me resultaba inexplicable y mágico.

Charlton Heston y el Apollo II son recuerdos de épocas más engalanadas en la tierra y en el espacio. Ahora, con un James Franco ausente (¿estaría en otra galaxia?) la noche de los Oscar y la despedida nostálgica de la última aventura espacial del Endeavour, el verano se presenta como un pálido remake. Estos monos reverdecen la memoria.

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