Monday, December 24, 2007

LA ECONOMIA DE AHÍ VIENE EL COCO
Ricardo Valenzuela

Aseguran los expertos el ser humano al nacer, es similar a una computadora sin programa con un especial don; una total ausencia de miedos y temores. Los temores en nuestro equipaje de adultos, son instalados por nuestros padres y pueden ser saludables cuando nos protegen, o, totalmente destructivos cuando nos inmovilizan.

Quien no recuerda aquella espeluznante advertencia cuando éramos pequeños; “si no te portas bien te va a comer el coco.” Al momento del aviso “ahí viene el coco,” abandonábamos la actividad promotora de tal arribo y corríamos buscando refugio, para permanecer inermes hasta que el imaginario ser desapareciera de nuestro espacio.

El economista, Martin Wolf, recientemente publicó un extraordinario artículo titulado; “El temor hace un bienvenido retorno” y lo iniciaba con una cita: “En determinados periodos, contingentes de gente estúpida acumula increíbles cantidades de dinero igualmente estúpido. En ciertos intervalos, ese dinero se torna gigantesco y hambriento busca a quien devorar; siempre encuentra su presa, surge la especulación, se inicia la bacanal producto del moderno e inepto coco que no provocó temor, entonces arriba el “pánico.”

Los pánicos preceden a las manías como la noche sigue al día. Nuestro entorno actual ha sido uno en el que, sin ingreso, sin empleo estable, surgieron hipotecas del 100%; el de has con tu dinero lo que te dé la gana siempre y cuando pagues comisiones. Un mundo en el que por una línea de producción entraba un horripilante crédito, y emergía al final de la misma como bono calificado AAA producto de la popular alquimia financiera. Ha sido un mundo de frivolidad estilo López Portillo, y demasiado crédito barato.

Sin embargo, esto no es algo nuevo, es tan antiguo como la civilización y tenemos antecedentes. El proceso se inicia con el desplazamiento de algunos eventos que cambian la percepción de la gente cuando se asoma al futuro. A ello le sigue olas de inflados precios en los sectores sujetos del cambio. La tercera etapa arriba como una bacanal de crédito con ayuda de los inventores de “la innovación financiera.”

La cuarta etapa son las parrandas de compra-venta cuando los mercados descubren esa oleada de nuevos pendejos. La quinta etapa se distingue por la euforia cuando el ignorante espera disfrutar de la riqueza acumulada por aquellos que llegaron antes que él. Las advertencias de quienes gritan, burbuja, son tachadas de ridículas puesto que esos pitonisos nunca le atinan (The Mexican Miracle 1993). La sexta etapa llega cuando se pretende extraer las ganancias de ese nudo gordiano. Finalmente llega la revuelta estilo macheteros de Atenco.

La revuelta actual se inició con grandes recortes de intereses desde los años 90 los que, al convertirse en liquidez excesiva, inflaron los precios de las viviendas y hundieron al NASDAQ. Luego se procedió a estimular el crédito con innovaciones que permitieron a quienes operaban las hipotecas, considerar sus servicios problemas de alguien más al vender sus papeles en mercados secundarios.

La gente empezó a comprar casas, no para habitarlas, sino para especular. Los subprime (hipotecas basura) eran el reflejo de esa euforia. Los banqueros, al igual que sucedió con los junk bonds, cómodamente se dedicaron a invertir en “fondos especiales” obscenamente apalancados por instituciones billonarias. Llegó luego la etapa de la extracción de ganancias y magia…pánico y la revuelta. Llegó también la inevitable cruda y el océano de crédito se secó.

Sin embargo, el proceso que vivimos en estos momentos no solo es importante, es muy interesante. El papel de los bancos centrales no es salvar instituciones, sino proteger al mercado. Los bancos centrales de Europa, Inglaterra, EU, Japón, hacen lo correcto al inyectar liquidez a los mercados. A los mercados financieros y, en especial, a los “grandes especuladores,” les urge adquirir una dosis de temor que han perdido sabiendo que, por más agresivas sean sus piruetas en lo alto del trapecio, abajo está la red de los gobiernos para detener su caída. Sin ese saludable temor, cada vez actúan más irracionalmente y ello conduce al caos, al pánico y las revueltas.

Hoy día, es prácticamente imposible regular un sistema financiero global infectado por intereses en conflicto, dominado por derivativos, operaciones de fondos temerariamente endeudados utilizando nebulosas formulas matemáticas, y modelos estadísticos cuestionables. Estos mercados se deben regular ellos mismos y la única forma de lograrlo, es permitiendo operar la creativa destrucción de Schumpeter y los mal portados, al no temer ignorando riesgos, sean devorados por el coco real.

En los EU se torna especialmente interesante cuando el proceso tiende a semejarse a un FOBAPROA. Un conocido especulador, exigiendo ser rescatado, ataca al presidente del FED gritando: “Es un burócrata. Nosotros hemos estado en esta actividad durante 25 años. Mi gente está a punto de perder sus trabajos y otras firmas a punto de quebrar. Este hombre es un inepto.” Es cuando yo pregunto ¿El capitalismo es para los pobres y el socialismo para los ricos? Este punto de vista no sólo es ofensivo, puede ser catastrófico y en México lo sabemos bien.

El mundo ha navegado cuatro burbujas las últimas dos décadas. La del mercado japonés a finales de los 80s. La del Este Asiático y la mexicana a mediados de los 90s. La de las bolsas americanas y europeas a finales de los 90s. Finalmente, la actual en el mercado inmobiliario afectando gran parte del mundo. Ello ha sido consecuencia de que, portando paracaídas, se den irresponsables manejos financieros a nivel mundial provocando caos, pero luego emergen los bancos centrales y el FMI al rescate.

En año de elecciones los demócratas utilizan el temor de forma malévola. A diario le gritan al pueblo “ahí viene el coco” para que Bush proceda con el exigido rescate, barrer la basura debajo de la alfombra y han logrado su propósito, una economía operando en pánico a punto de revuelta. Le gritan a Bush ahí viene el coco de China, cuando enfrenta una situación similar a la que manejó Reagan cuando pretendieron asustarlo advirtiéndole, si los EU no se modificaban a semejanza de los japoneses, los nipones los enterrarían.

Curiosamente se acaba de dar a conocer el dato de que, la economía de China es un 40% menor de lo estimado.

Sin embargo, Reagan se dio al desmantelamiento del cuasimodo Keynesiano y, cuando se ignoró al coco herencia de Carter, se daba el desplome de la bolsa en 1987 pero no hubo rescate. El mercado se recuperó sin esteroides, los EU doblaron su PIB en los 80s, Japón cayó en una profunda depresión en los 90s, y la Unión Soviética se desmoronó…..lo demás es historia.

No comments:

BLOG ARCHIVE