La salida de una crisis interminable
En estos días hemos asistido a un nuevo tensionamiento de los mercados financieros, debido al contagio de la crisis de deuda soberana a Italia y España, con una intensidad desconocida hasta el momento.
Hace un par de semanas, la atención se centraba en la votación en el parlamento griego de un durísimo plan de ajuste que, de momento, no se ha visto acompañado por las medidas de calado necesarias, por parte de las instituciones europeas, para garantizar la sostenibilidad de su deuda.
Y como si no tuviéramos bastante con esta crisis griega, en los últimos días las dudas e incertidumbres sobre la economía italiana han aumentado significativamente, como consecuencia de una serie de malas noticias sobre su situación fiscal y económica.
Primero, la percepción generalizada del desacuerdo interno del Gobierno italiano sobre el nuevo programa de austeridad. Segundo, las advertencias de las agencias de rating sobre las perspectivas de sus finanzas públicas. Y tercero, los rumores de que algunos bancos italianos podrían suspender en las pruebas de esfuerzo que se publican el próximo viernes.
Si a la ausencia de una solución europea se añaden las dudas anteriores, la inestabilidad política y las perspectivas de un bajo crecimiento potencial durante los próximos años, continuación de la década pérdida desde la entrada de Italia en la UEM, resulta fácil explicar por qué el sentimiento del mercado hacia el país transalpino se ha deteriorado tanto, justo cuando debe afrontar importantes vencimientos de deuda en los próximos meses.
En este contexto de tensiones, lamentablemente la economía española sigue sin poder escapar del contagio que provocan las noticias que llegan, por un lado, de países intervenidos y, por otro, de Italia.
A esa insuficiencia de medidas ambiciosas que devuelvan la confianza a los mercados sobre los ajustes y reformas que necesitan los países periféricos, se une la falta de verdadero liderazgo político en la eurozona.
Salir del círculo vicioso
Su ausencia se plasma en la imposibilidad de alcanzar el consenso necesario en el eurogrupo con el que resolver de forma definitiva y contundente los problemas de deuda soberana que atenazan a Europa, en un círculo vicioso en el que siguen aumentando las primas de riesgo y se reducen las expectativas de crecimiento de los países que muestran mayores debilidades.
Para salir de este círculo vicioso, entrar en una senda de normalización de los mercados y mejorar las expectativas de recuperación económica, es necesario alcanzar un consenso político, amplio y muy ambicioso, en el que todas las partes tendrán que ceder algo.
Los países periféricos están obligados a proponer al resto de miembros planes totalmente creíbles de reducción de sus desequilibrios y de mejoras en todas aquellas capacidades estructurales que determinan el crecimiento económico y el funcionamiento eficiente de sus economías.
Es muy posible que para que estas medidas sean creíbles se necesite ceder soberanía en distintos ámbitos a las instituciones europeas.
Son compromisos que han de ir mucho más allá de las propuestas en el Pacto por el Euro o del reforzamiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, porque su objetivo no es sólo prevenir crisis futuras como la que vivimos ahora, sino evitar una Europa a dos velocidades y permitir la convergencia entre sociedades que comparten una moneda y, aún más importante, un proyecto político común.
Europa unida
A cambio de estos compromisos, los países de la eurozona que están en condiciones de poner la fortaleza de sus economías al servicio de la recuperación del resto deberían actuar con generosidad y valentía. Y para ello, el liderazgo de Alemania es crucial e indispensable.
Sin el liderazgo que demostró Alemania en el pasado no habría sido posible la creación del mercado único y más tarde de la UEM tal y como la conocemos, facilitando la incorporación de muchos países con políticas de cohesión y fondos estructurales. Una generosidad y una buena gestión de la crisis que en estos momentos pasa por: la flexibilización del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para que pueda operar en los mercados secundarios de deuda; por alcanzar un consenso rápido con el sector privado para resolver los problemas de solvencia de la deuda griega; por separar los problemas de solvencia y liquidez, y por crear un marco adecuado para resolver de una vez por todas ambos problemas.
Y también por posibilitar la creación de un futuro bono europeo, que tendrá que imponer cesiones de soberanía fiscal muy importantes a los países que se beneficien de él.
Este consenso político, lleno de cesiones por los países del centro y de la periferia, entraña costes pero también beneficios que son incluso más importantes, a corto y largo plazo.
Beneficios económicos consecuencia de una mayor estabilidad financiera y de una recuperación más equilibrada y sostenible, que favorece a toda la UEM. Y los beneficios políticos de la legitimación social de un verdadero proyecto europeo, en el que sus líderes políticos están a la altura de los retos a los que se enfrentan.
Rafael Doménech. Economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research.
¿A qué juega la UE?
¿A qué juega la UE? El FMI pide a los políticos zanjar el debate sobre Grecia
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Quitas y eurobonos para salir del paso
Mientras los mercados internacionales miran con preocupación la situación de Grecia, la Eurozona parece incapaz de llegar a un acuerdo sobre cómo articular el segundo plan de rescate que evite la quiebra del país heleno. Las divergencias entre los socios del área obligarán a retrasar el segundo paquete de ayudas hasta después del verano y cada vez más voces empiezan a asumir lo evidente, que tal vez el país heleno nunca podrá devolver al completo toda su deuda.
Mientras Europa discute si se reúne o no para abordar el drama de la deuda y evitar un contagio a países como España o Alemania, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exige a los líderes europeos que se dejen de tantas reuniones y debates en vano y concreten cuanto antes un plan creíble para el país heleno.
"El debate en Europa sobre esta cuestión y el rol del sector privado en el mismo ha supuesto un problema importante a la hora de generar confianza sobre el programa", señala el FMI, que recomienda a los miembros de la eurozona que decidan sobre la manera en que quieren ayudar a Grecia y la lleven a acabo a través de los mecanismos necesarios cuanto antes.
La institución que dirige Christine Lagarde considera que la participación del sector privado en las nuevas ayudas "resulta apropiada", dada la escala de las necesidades financieras del país heleno y el interés de que exista un reparto de los costes. No obstante, califica de "imperativo" que los países de la zona euro pongan en práctica un mecanismo que garantice la liquidez del sistema bancario griego mientras se produce esta contribución del sector privado.
Admite un default temporal
El FMI recuerda que el diseño de cualquier operación sobre la deuda debe tener en cuenta la necesidad de que los bancos griegos participen en las operaciones del BCE a la vez que se minimizan los contagios.
"Estos elementos son los que han llevado a los legisladores europeos a buscar un programa voluntario que no suponga un evento de crédito o una rebaja de rating hasta el impago selectivo", concluye la institución radicada en Washington, que, sin embargo, admite que quizás no sea posible evitar un default selectivo aúnque sólo sea de manera temporal.
Precisamente ante la ausencia de un programa de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) "nuevo, creíble y totalmente financiado", la agencia de calificación Fitch ha decidido hoy rebajar el rating de Grecia hasta 'CCC', situándolo a las puertas de la insolvencia.
La calificadora también destaca la elevada incertidumbre solo el papel de los acreedores privados en cualquier futura financiación.
Los líderes europeos tampoco se han salvado de las críticas del futuro presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien les ha instado a concretar cuanto antes una respuesta "clara" para detener el contagio que amenaza la moneda única de la región.
En declaraciones que recoge Bloomberg, Draghi ha señalado, durante un discurso pronunciado en Roma, que "es necesario que aquellos que tratan de manejar la crisis de deuda den seguridad y clarifiquen cuanto antes sus objetivos politicos, el alcance de los instrumentos y la cantidad de recursos disponibles". En su opinión, "es un paso necesario para garantizar la estabilidad de la zona euro y su moneda".
¿Apocalipsis de deuda?
¿Apocalipsis de deuda? El corporate de EEUU tendrá que refinanciar 1,2 billones de dólares en deuda de alto riesgo
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Geithner asegura que el límite de la deuda se aumentará a tiempo
El endeudamiento se ha convertido en el nuevo ángel negro que acosa a la economía de Estados Unidos, según reconoce el New York Post. En un momento en que el techo de deuda federal ha sobrepasado su límite, la deuda municipal del país es una bomba de relojería y cualquier impago podría provocar un efecto dominó, las compañías de EEUU ponen la guinda al pastel.
Según un informe elaborado por la consultora MB Global Partners, las empresas estadounidenses van a tener que refinanciar un total de 1,2 billones de dólares de deuda de alto riesgo durante los próximos años, una cantidad que, dadas las circunstancias, podría presentar un problema y llegar a asfixiar a más de una compañía. De hecho, el análisis apunta que aquellas entidades con crédito débil van a tener muchos problemas para permanecer a flote entre el periodo comprendido entre 2012 y 2017.
¿Efecto dominó?
El verdadero problema podría desatarse a partir de 2014 cuando una oleada de empresas de EEUU sobrepasarán su límite de endeudamiento y tendrán que refinanciar hasta 247.000 millones de dólares. A partir de entonces el efecto dominó podría estar garantizado ya que en 2015 habrá que refinanciar 217.000 millones de dólares y un año más tarde otros 266.000 millones de dólares. En 2017, la suma total de los vencimientos de la deuda de alto riesgo empresarial alcanzará los 243.000 millones de dólares.
La fundadora y presidenta de MB Global Partners, Maria Boyazny, aseguró que buena parte de las empresas de EEUU "no podrán refinanciar su deuda". Según sus explicaciones al rotativo neoyorquino, muchas de estas compañía van a tener que frenar en seco su expansión y tendrán que despedir empleados para lograr poner en orden sus cuentas, algo que, por supuesto, hará mella en la maltrecha recuperación de la economía del país.
Las empresas ya se enfrentaron a una prueba similar en el 2008 y 2009, pero se las arreglaron para evitar una crisis porque los bancos - gracias al dinero del estímulo del gobierno - estaban dispuestos a reestructurar una gran parte de esa deuda. Por aquel entonces se refinanciaron unos 398.000 millones de bonos basura y préstamos corporativos, extendiendo su oportunidad de pago desde 2011 hasta 2014, según el análisis de MB.
En el primer trimestre de este año, las empresas cotizadas de EEUU registraron un total de 104.000 millones de dólares en beneficios, por lo que las responsabilidades de refinanciación entre 2014 y 2017 parecen asequibles. Sin embargo, los inversores están preocupados ante la crisis soberana en Europa, así como la batalla en Washington por elevar el techo de deuda, ya que podrían reducir enormemente el apetito por financiar deuda basura de las empresas.
Wall Street pierde fuelle y cierra en tierra de nadie
Wall Street pierde fuelle y cierra en tierra de nadie: el Dow sube un 0,36%
Cotizaciones
- DOW JONES
- 12.491,61
- +0,36%
Los índices estadounidenses cerraron al alza este miércoles. Así el índice Nasdaq 100 ascendió el 0,54% (15,01 puntos) para terminar en 2.796,92. El índice Dow Jones cerró con un alza de 44,73 puntos o un 0,36% a 12.491,61 puntos. El índice S&P 500 cerró con un alza de 4,08 puntos o un 0,31% a 1.317,72 puntos.
Los inversores del parqué neoyorquino templaron el decidido ánimo comprador con el que reaccionaron a la intervención del presidente de la Fed en el Congreso de EEUU, donde aseguró que el banco central estadounidense examina "varios medios no probados todavía" para estimular el crecimiento si se deterioran las condiciones económicas.
Esas declaraciones, realizadas durante la presentación del informe semestral de la Reserva Federal sobre política monetaria, fueron bienvenidas en el parqué neoyorquino con avances superiores al punto porcentual hacia la media sesión, pero a medida que se fue acercando el cierre de la jornada los inversores fueron moderando ese ánimo.
De cualquier modo la mayor parte de los componentes del Dow Jones terminaron la jornada en terreno positivo, liderados por el fabricante de maquinaria pesada Caterpillar (1,6%), la farmacéutica Merck (1,11%), el grupo Walt Disney (1,05%) y el fabricante de productos para la higiene personal Johnson & Johnson (0,9%), entre muchas otras.
También cerró en positivo en ese índice el banco JPMorgan Chase (0,58%), que está listo así para presentar mañana sus resultados empresariales relativos al segundo trimestre del ejercicio fiscal.
Esta jornada fue el banco Capital One el que presentó sus cuentas, que a pesar de estar por encima de lo calculado por los analistas se dejó el 2,62% en bolsa.
Cerraron con retrocesos en el Dow Jones ocho compañías, entre las que destacaron la financiera American Express (-0,86%) y la operadora de telefonía Verizon (-0,4%).
En el mercado Nasdaq el grupo de comunicación News Corporation, que ha sido el centro de todas las atenciones esta semana a raíz del escándalo de las escuchas ilegales que llevó al cierre de su dominical News ot the World, acabó con un avance del 3,78% tras anunciar que retira su oferta para adquirir la totalidad de las acciones del canal de pago británico BSkyB.
También en el Nasdaq subió el videoclub "en casa" Netflix (2,56 %) un día después de anunciar una subida de las tarifas a los suscriptores de hasta el 60%, una decisión que, para los analistas, esconde una apuesta de la compañía por abandonar su oferta de DVD para centrarse en el servicio online.
El líder mundial en la producción de videojuegos Electronic Arts se dejó el 1,08% tras informar de que se hará con la firma PopCap Games por 1.300 millones de dólares.
En otros mercados el petróleo subió el 0,63% hasta 98,05 dólares por barril, el oro encadenó su segundo récord histórico al cerrar en 1.585,5 dólares la onza, el dólar perdía terreno frente al euro (que se cambiaba por 1,4154 dólares) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a 10 años avanzaba al 2,88%.
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