Venezuela se juega su futuro en las urnas
Respaldado por un verdadero bombardeo de anuncios transmitidos por radio y televisión, el presidente Hugo Chávez afirma que saldrá victorioso en la votación de hoy, algo que le daría un control casi absoluto sobre el país y solidificaría su papel de líder antinorteamericano en América Latina en la era poscastrista.
Sin embargo, la propuesta de Chávez para enmendar la Constitución venezolana --lo que le permitiría postularse a la reelección indefinidamente-- pierde apoyo, según algunos sondeos de opinión recientes. El resultado se mantiene dudoso para un gobernante que no ha perdido ni una sola votación desde 1998.
Los resultados de los comicios tendrán repercusiones que van más allá de las fronteras de este país de 27 millones de habitantes. Un triunfo de Chávez podría agudizar la ya prolongada confrontación con el gobierno estadounidense, que le compra a Venezuela el 10 por ciento de las importaciones de petróleo.
De igual manera, una victoria podría dar fuerza a los intentos de Chávez para exportar su llamado socialismo del siglo XXI, en el que gasta miles de millones de dólares en ayuda a gobiernos de tendencia izquierdista y otros grupos en América Latina y el Caribe.
Chávez y sus partidarios dicen que aceptarán el resultado de hoy, cualquiera que fuere. En tanto, los líderes de la oposición se han negado a lo mismo, argumentando que Chávez incluso se valdrá del fraude para salir airoso.
Tanto Chávez como sus opositores han hablado de la votación en términos apocalípticos para Venezuela.
''El futuro de la democracia de Venezuela depende de esta votación'', dijo Omar Barboza, presidente del mayor partido de la oposición. ``Chávez quiere implantar el modelo cubano en Venezuela''.
Por su parte, Chávez ha dicho: 'El que diga que respalda a Chávez pero vote `No' es un traidor, un verdadero traidor. Está en contra mía, en contra de la revolución y en contra del pueblo''.
La mayoría de las encuestas recientes indican que una mayoría rechaza las enmiendas propuestas. Pero el resultado de hoy dependerá en gran medida de la participación, dado que muchos antichavistas tienen planeado quedarse en casa para no legitimar un resultado a favor de Chávez que, dicen, ya está decidido.
Chávez no ha querido correr riesgos a medida se acerca la votación de hoy.
Infinidad de anuncios que elogian los beneficios de los cambios propuestos han llenado los canales de televisión y las estaciones de radio del gobierno.
Los anuncios se han concentrado en los cambios que son particularmente populares entre los votantes: reducir la jornada laboral semanal de 40 a 36 horas, ampliar el sistema de pensiones para incluir a trabajadoras domésticas, vendedores callejeros y otros en la economía informal, y dar a los ciudadanos más participación al crear los llamados concejos de barrios.
Desde luego, los anuncios le han restado importancia, o sencillamente ignorado, las enmiendas más polémicas, como las que derogan el límite a los términos presidenciales, suprimen algunos derechos civiles al declararse un estado de emergencia y le abren al gobierno el camino para nacionalizar las empresas y propiedades privadas.
En las zonas rurales, donde tradicionalmente los partidarios de Chávez han sido una abrumadora mayoría, la presencia de la campaña a favor del 'No' ha sido mínima.
Tras un recorrido de un día a lo largo de la región de Barlovento, en el estado Miranda --donde predominan las comunidades campesinas pobres-- no se pudo ver ni un sólo cartel del 'No'; en cambio, muchas casas tenían pasquines con el `Sí'.
Durante la campaña por el referendo ha habido algunos actos de violencia, que han dejado un saldo de un muerto y docenas de lesionados en enfrentamientos entre partidarios de Chávez y antichavistas.
El viernes, más de 100,000 personas que vestían camisetas rojas se reunieron en una céntrica avenida de Caracas, respaldados por ensordecedores toques de tambores, lemas banderas al aire. Ocho canales de televisión --cinco del gobierno-- transmitieron en vivo el discurso de Chávez, que duró dos horas y terminó con grandes vítores y el estruendo de coloridos fuegos artificiales.
A los empleados del gobierno se les dio el viernes libre. A uno de los manifestantes de la empresa Petróleos de Venezuela, (Pdvesa), petrolera estatal venzolana, se le preguntó por qué respaldaba un referendo orientado al socialismo cuando Pdvesa se ha enriquecido enormemente en los últimos tres años en sistema de libre mercado que ha llevado los precios del petróleo a casi $100 el barril.
''El socialismo no significa terminar con el sistema de libre mercado'', dijo el manifestante Diego Ramírez, que es ingeniero de Pdvesa. Y añadió: ``Quiere decir que hay que asegurarse de que los recursos del Estado se distribuyan de forma más justa para que todos se beneficien''.
En momentos que Venezuela disfruta de la economía de crecimiento más rápido de toda América Latina --y de la tasa de inflación más alta de la región-- Chávez ha hecho énfasis en compartir los beneficios.
La pobreza en Venezuela disminuyó del 49 por ciento en 1999, cuando Chávez ocupó la presidencia, al 30 por ciento en el 2006, informó el mes pasado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas.
De cualquier modo, los opositores de Chávez creen que una gran mayoría de los venezolanos rechazan las reformas a la Constitución y que Chávez está preparado para robarse las elecciones si hace falta.
Por lo menos dos estudios realizados por ingenieros y técnicos venezolanos indican que el sistema electrónico de votación es vulnerable a la manipulación.
''Sin duda hay formas de comprometer varios componentes del sistema electoral'', dijo María Mercedes Febres, ingeniera y especialista en estadísticas que trabaja en la empresa Esdata, que ha estudiado las máquinas de votación.
Los analistas señalan que los opositores se quejaron de fraude en anteriores votaciones, pero que al mismo tiempo no pudieron demostrar con pruebas sólidas que hubo trampa.
Funcionarios electorales venezolanos han rechazado las críticas y han prometido que las máquinas arrojarán resultados honestos.
''Ya se realizaron todas las auditorías necesarias del sistema de votación, como la revisión de los programas informáticos y los códigos, y todo funciona como se esperaba'', dijo Tibisay Lucena, director del Consejo Nacional Electoral, que certificará los resultados.
Otras de las preocupaciones de los opositores de Chávez es el registro de votantes, que dicen es imposible se haya duplicado en casi 17 millones de personas en los últimos seis años.
Un estudio realizado por Genaro Mosquera, profesor de la Universidad Central de Venezuela, concluyó que las listas de votantes estaban repletas de nombres de fallecidos, direcciones falsas o el mismo nombre y fecha de nacimiento.
''Hay un enorme riesgo de que un resultado favorable en el referendo pudiera ser un fraude electoral'', dijo Cristal Montañez, coordinador de un grupo opositor con sede en Houston, Texas, que denunció la falta de uniformidad de las listas de votantes hace dos semanas en la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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